Huayralevas o huayracocas
Por Edgar Jorge Rodríguez Alánez
De cuando en cuando en alguna que
otra radio se oye: “una mujer que tuve todas las efes tenía/flaca, fregona,
frágil y fría/hasta el juez se enamoró de la que me enamore/ la justicia es
corrompida mejor me la llevare”, el bailecito al parecer de principios de siglo
tenía entre ceja y ceja a la justicia, corrompida por siglos de los siglos.
Abstenerse parece decir aquel
dicho popular de que las salas de la culta justicia es la casa del jabonero el
que no cae resbala, resbala como resbalan los últimos acontecimientos que dan
por sentado con o sin chicana de por medio una sentencia sabida que por política
como debe ser a ojos vista es replicada en las salas ordinarias de gente que
busca resarcimiento o simplemente delega a esa instancia corrupción mediante la
defenestración de algún enemigo.
La sentencia política no encara
ni identifica los errores de su propia supra super hiper estructura instaurada e instalada por el
actual poder, por ello no puede enjuiciarse a sí misma, los huaracocas y
huayralevas son parte de ese poder y
solamente es un exabrupto del poder ejecutivo que manda al legislativo
castigar lo que no pudo por derecho.
Más allá de este momento de
seguro se volverá en la misma sala a recomponer lo que se hizo, Oblitas mira el
sillón en el que estuvo y la misma testera desde donde se lo reivindicó. Quien
escribe no tiene academia ni educación en tan afamadas artes, pero estoy seguro
que los juicios acabados y por acabar en el insigne palacio no es ni “vox Dei
ni vox populi”, tan sólo aplicación de
poder pura y simple.
Las salas de justicia tienen los
recovecos más oscuros de la corrupción humana, los huaraponchos o huayracocas, con
el alma quitada a los huayralevas tinterillos o doctorictos son los mismos que
están en los salones ocultos de los palacetes
donde el poder sólo mira las mayores y pingues, todavía verdes, ganancias.
Huayracocas, disfrazados, huayraponchos, o los huayralevas doctores y tinterillos. ¿esa es la
encrucijada?
Lo cierto es, si hasta esta escritura puede ser tergiversada
por alguno de ellos, el paquete de normas a gusto del poder que se anuncia como
panacea, no deje otro camino que hacer
mutis. ¿Qué estoy respondiendo? ¿Qué estamos avalando? Tal vez que sí tal vez
que no ¿de qué estaremos seguros?
Nota.- huayra quiere decir viento
levas, la cola que llevaban los sacos de los abogados, el bote de tinta estaba
en una de las esquinas del escritorio de los doctorcitos por lo que la gente
los veía y de cuando en cuando con las manos manchadas se los llamaba tinterillos.
Dicen que la coca lee en ambas justicias adobe de por medio o
ponchos que intimidan con gente colgada. (Fe de errata debiera decir:…ponchos
que intimidan con perros colgados).
Oruro, enero de 2015
Edgar Jorge Rodríguez Alánez
CI: 3081317 –Or
Cel 67128880
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