Por Edgar Jorge Rodríguez Alánez

sábado, 13 de febrero de 2016

Educación y familia



Educación y familia
Por Edgar Jorge Rodríguez Alánez*

No me quepa la menor duda, de niño hurgueteando entre las cosas de mi padre encontré una revista Life, esa revista por cierto traía en fotografías la llegada del hombre a la luna, de alguna parte sabíamos que el hombre llegó a la luna, las fotos mostraban a los astronautas escribiendo la historia y no era Laika, eran humanos y era la luna. Esa noche la luna no tenía el ensueño de la poesía ¿y si de verdad nos fuéramos a vivir allí? Hoy el sueño humano lleva a gente a colonizar Marte.
El eclipse de luna del año anterior, me ha hecho ver  que la imaginación de la niñez cuando se empapan de un hecho, es superior a la imaginación de los hombres. Mis hijos discutían de las formas de energía y de las posibilidades de colonizar otros planetas y de la formas en que vendrían a ser los humanos.
Al ingresar a la U, la desigualdad de conocimientos eran abismales, estudiantes de colegios donde apenas si entendían el álgebra y otros donde el cálculo avanzado era materia aprobada por lo mismo lo que se hacía en la universidad apenas si era un repaso.
Actualmente, la prensa da nota de que alumnos de kínder salen ya leyendo lo que ayer se leía terminando el segundo curso. La química no es ya de alumnos mayores en cursos avanzados.
Los manuales escolares llevan en sí mismos una corriente que no ha pasado de moda en siglos, lo conductual sigue y rige incluso para los padres de familia.
Los profesores o maestros de aula se atiborran de corrientes pedagógicas y sin embargo no tiene el correlato con el dominio de las ciencias elementales, y es que sigue lo propuesto por un maestro de hace siglos, denme un alumno y lo hare a semejanza mía, fascista o comunista. Aquí los maestros tienen entre sus armas la asociación delictuosa para ampararse de los delitos de extorsión de todo tipo, sabido por aquella mayoría cómplice que no delata su voz para no perjudicarse.
El dominio de las matemáticas debiera tener correlato con lo aprehendido de las corrientes pedagógicas. Actualmente, con años de retraso, lo propuesto por la reforma educativa ha sido llevado a cabo por este gobierno.
Los profesores al cumplir lo exigido, han tornado a lo que siempre han hecho, adornado por algunas tareas manuales que no aportan conocimiento ni experiencia en el desarrollo del niño. ¿Recortar una noticia embadurnarles de adornos barrocos, coadyuvará cuando la niñera, caja boba, habla de juegos y noticias de crónica roja?
Las predicciones del fin de la historia de Fukuyama  dice que la familia en su formalidad ha sido disuelta, que la familia tradicional ha muerto. Han sido los masistas en Bolivia los verdugos de tal disolución, ha muerto la familia.
Se ha sustituido por una extrafalaria teoría pseudo ecologista donde el hilo conductor es la individualidad. Y dicen que “combaten” al concepto tradicional del salvajismo, del capitalismo, el concepto de ciudadano.
Por lo mismo la promoción de los conceptos se da en una guerra que otrora hubiese sido llamada de baja intensidad. Una guerra donde la predicción tiene otra condicionante de modelo, corroborada y asistida para su desarrollo hoy con más énfasis que ayer:
El dominio del conocimiento no es ya un capital oculto está al alcance de todos aunque en los hechos pocos puedan alcanzarlo y ponerlo en práctica.
A decir del gurú de la administración Peter Drucker, la base de la pirámide de los entes económicos sigue siendo la industria de chimeneas y de calle, que la tecnología de punta apenas acerca al control. Los acartonados que medran de los recursos estatales no tienen overoles para reanimar la industria ni menos hacerla amigable con la tan mentada “madre tierra”, parecieran ser fieles a la madrastra, como dice una canción española.
La familia en ese entorno toma los valores del deber ser, una mafia universitaria incapaz de desarrollar nada y colocar en manos de los bolivianos tan sólo su retórica de rococó barroco, en cambio desarrolla desde la escuela la segregación basada en el conocimiento y el dinero, asegurándose un puesto en la empresa familiar en que se ha vuelto la Universidad.
Los teóricos de mi época, en el colegio inundaban con el entronque de la revolución nacional, el nacimiento de la nueva burguesía que no se dio con la llegada de la democracia, democracia que parió la emergencia del nuevo siglo con el “entronque de las plutocracias”. Una nueva burguesía que aún no ha terminado de gestarse que espera una nueva revolución. La nueva plutocracia desde el gobierno alardea de burguesía pero no es más que el entronque de plutocracias.
Los padres de familia, hacen una carrera no por la puesta en práctica del conocimiento sino una carrera de cartones que otorgue a quien lo tenga la manera de manipular de mejor manera un lugar en los puestos burocráticos. Las crisis golpean a la base de la economía pero a la burocracia tan solo la acaricia.
La familia en ese entorno es fiel a la predicción, en su disfuncionalidad ha logrado zafarse de la educación primaria, padre y madre van al trabajo, una escuela que no los acoge durante todo el día, una niñera de lo más salvaje como las cajas bobas. Si alguna vez educa la familia en primaria  en secundaria su apoyo es para alcanzar cartones a como fuese, cueste  y de lugar.
En otros casos la disfuncionalidad llega a tener padres y madres con diferentes correlatos de valor para su aplicación, se suma los valores dictados por las políticas gubernamentales. El presidente ha expresado a todos la necesidad de “llamita y ovejita” para salir del colegio. Los profesores han expresado con sonrisas lo que es habitual.
No existe en los teóricos sociales bolivianos, una discusión abierta y sincera sobre la educación, la retórica de los sindicatos de profesores en la práctica sigue siendo acomodaticia. Los unos vendidos y entregados al poder coyuntural, cualquiera sea este, vestidos de rojo y socialistas. Los otros parangonando lo que hacen bajo circunstancias donde los entes económicos tornan a modelos no vistos otrora bajo el mismo hilo conductor.
Un teórico denostado por todos cuando existen marchas,  decía poco más o menos que los humanos tendemos hacer lo más fácil y es ello lo que ha llevado al descubrimiento de las nuevas fronteras de la ciencia. La predicción no podía ser más inadecuada en ese tiempo, cuanta más cierta, hoy todos los cientistas sociales, incluidos los de la educación,  hablan de entropía. El mismo teórico anunciaba la mutación de los obreros a obreros sin patrones; el teórico también anunciaba, atisbaba que el arte no podía conceder una educación esclavizante por lo mismo la educación debiera parir un hombre capaz de expresar su propia libertad, los muralistas mexicanos, escritores franceses, Rivera, Bretón,  sumaron su voz a este movimiento.
Los profesores ganan cartones inútiles para el conocimiento, pero de valor para lograr favores y remuneraciones que no sobrepasan el slogan pasado “denles dinero a los profesores queremos educación”. Probablemente levante urticaria el hablar de la calidad, el mencionado teórico mentaba ya el “loop” de la gestión, el de la mejora continua.
Las normales donde se forman los profesores, está tan disfuncional como la familia, la que debiera hacer debate con la universidad en los hechos reproduce lo que se da en la escuela. Hace años una estudiante de la normal decía al igual que mis hijos hoy:  “… es que mi profesor/a me ha dicho que haga así”.
El modelo de escuela Normal se puede ver en los hechos del Mayo  francés, Sartre había pulverizado el discurso de la universidad, los estudiantes se sumaron a ello. La Sorbona había sido interpelada y derrotada. Mayo es de los estudiantes del mundo, de la discusión y la duda que hace al hombre. La Escuela Normal de Maestros en Bolivia requiere de sucedáneos, Profocom, que en los hechos es la reproducción de una universidad que fracasó.
En un seminario de seguridad industrial, presentaban los profesionales más reacios a los cambios que llegaban a la mayor pedantería, estaban en primer lugar los médicos y los profesores. Dueños, pequeños dioses de aula, cuya voz y sentencia deben obedecer todos los allegados al paciente, al alumno.
Al no existir familia como tal ya ni la religión va en su busca. En un trabajo realizado  hace años en el internado de huérfanas Penny de  Oruro. Entre las conclusiones que escribí, la familia había sido acomodada al quehacer de una monja y el Cristo crucificado. La familia disfuncional restituida, Dios proveedor, monjas que educan y suministran lo que Dios ha habido para ello. Los índices de esta institución eran mejores comparados con los índices de otro hogar de huérfanos, como ejemplo, los índices de maltrato en el Hogar Zelada eran mayores tanto por parte de los que regentan como de los propios internos.
La religión podía sustituir y mejorar la disfunción familiar, pero Dios ha muerto como tal, apenas un sucedáneo al dolor. Lo que no podía sustituir la familia era que las mismas niñas tenían sueños de ser funcionarios de alguna institución donde tengan sueldos. (Cabe decir que funcionarios del actual gobierno plagiaron el trabajo y hoy son los grandes consultores de la estrategia educacional)¿Vamos a juicio?
La familia disfuncional no sólo está en las familias destruida por el acoso político y económico. Está en aquellos que se precian de la moralidad de la sociedad. Para nadie es desconocida las aventuras extramaritales, producto de la extorción, las dobles vidas que se llevan, los hijos “bastardos”, las historias son muchas y hacen para otras páginas. La tinta de los periódicos se ha inundado sobre el escándalo presidencial, mejor evidencia esa.
Esa familia en todo el sentido recoge los valores y lo fundan en lo que la hipócrita educación satisface en los mejores colegios.
No es más la madre que enseña a los niños los valores, ni los abuelos los encargados de proporcionar lo mínimo para caminar en la vida. La experiencia de ellos recoge para hacer de la educación el justo acartonamiento, reconocido por la sociedad.
La educación en la familia poco menos que ha muerto, en otros países la familia tomaba la posta para cincelar el bronce de un ente económico, después los hijos de los artesanos eran propietarios de pequeñas factorías, los nietos de la factoría con apellido de bolsa de valores, demás está decir que los cartones eran complementos sin importancia. ¿Algún catedrático acartonado hasta el cogote podrá infundir el conocimiento de una factoría levantada a sudor y lágrimas, mejor que el que lo ha levantado? ¿y no será que los secretos serán entregados al hijo? Hoy el sueño que infunden los cartones es pelear por una plaza de la burocracia, que medra y no crea riqueza. La educación no es la herramienta para impulsar la factoría en este país disfrazada de anticolonial y racista cuando los tuétanos se precian de estos valores hasta el hartazgo.
La familia de los artesanos enseña a sus hijos para ser parte de los maestros sin conocimiento, de los policías con el dedo presto a lanzar el plomo, militares de botas manchadas de blanco elixir, curas  que tienden al placer y la oración de un nuevo Dios que no es el Cristo anatema que corre de los templos a las serpientes ni el Dios de la esperanza, de ministros religiosos que son felices con diezmos como lo es la corrupción del gobierno, Todo lo que tenga su renta, pero de factorías nada.
La escuela de la producción que gasta millones en propaganda, no tiene sino la alegría de lanzar la mano de obra fácil y sumisa. Lo peor, esa mano de obra, no puede sostenerse por sí misma por muchos años, una canción acusa comerse la dignidad porque “cambiaste los bueyes por trago al patrón, poniendo en prenda el chaco también”. ¿Se me amenaza por lo escrito? Cristo está colgado en los altares y a su salud beben y se beben su dignidad. Mi mano puede ser que tenga la ayuda de ese Cristo al escribir. 
* Ha estudiado ingeniería química y trabajado en el área minera en empresas COMSUR/Sinchi Wayra, Apogee - La Solución, Minco y otros.
 
Oruro febrero 10 de 2016
Edgar Jorge Rodríguez Alánez
CI: 3081317-Or
Telf. 52 41924

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