Educación y familia
Por
Edgar Jorge Rodríguez Alánez*
No
me quepa la menor duda, de niño hurgueteando entre las cosas de mi padre
encontré una revista Life, esa revista por cierto traía en fotografías la
llegada del hombre a la luna, de alguna parte sabíamos que el hombre llegó a la
luna, las fotos mostraban a los astronautas escribiendo la historia y no era
Laika, eran humanos y era la luna. Esa noche la luna no tenía el ensueño de la
poesía ¿y si de verdad nos fuéramos a vivir allí? Hoy el sueño humano lleva a
gente a colonizar Marte.
El
eclipse de luna del año anterior, me ha hecho ver que la imaginación de la niñez cuando se
empapan de un hecho, es superior a la imaginación de los hombres. Mis hijos
discutían de las formas de energía y de las posibilidades de colonizar otros
planetas y de la formas en que vendrían a ser los humanos.
Al
ingresar a la U, la desigualdad de conocimientos eran abismales, estudiantes de
colegios donde apenas si entendían el álgebra y otros donde el cálculo avanzado
era materia aprobada por lo mismo lo que se hacía en la universidad apenas si
era un repaso.
Actualmente,
la prensa da nota de que alumnos de kínder salen ya leyendo lo que ayer se leía
terminando el segundo curso. La química no es ya de alumnos mayores en cursos
avanzados.
Los
manuales escolares llevan en sí mismos una corriente que no ha pasado de moda
en siglos, lo conductual sigue y rige incluso para los padres de familia.
Los
profesores o maestros de aula se atiborran de corrientes pedagógicas y sin
embargo no tiene el correlato con el dominio de las ciencias elementales, y es
que sigue lo propuesto por un maestro de hace siglos, denme un alumno y lo hare
a semejanza mía, fascista o comunista. Aquí los maestros tienen entre sus armas
la asociación delictuosa para ampararse de los delitos de extorsión de todo
tipo, sabido por aquella mayoría cómplice que no delata su voz para no
perjudicarse.
El
dominio de las matemáticas debiera tener correlato con lo aprehendido de las
corrientes pedagógicas. Actualmente, con años de retraso, lo propuesto por la
reforma educativa ha sido llevado a cabo por este gobierno.
Los
profesores al cumplir lo exigido, han tornado a lo que siempre han hecho,
adornado por algunas tareas manuales que no aportan conocimiento ni experiencia
en el desarrollo del niño. ¿Recortar una noticia embadurnarles de adornos barrocos,
coadyuvará cuando la niñera, caja boba, habla de juegos y noticias de crónica
roja?
Las
predicciones del fin de la historia de Fukuyama dice que la familia en su formalidad ha sido
disuelta, que la familia tradicional ha muerto. Han sido los masistas en
Bolivia los verdugos de tal disolución, ha muerto la familia.
Se
ha sustituido por una extrafalaria teoría pseudo ecologista donde el hilo
conductor es la individualidad. Y dicen que “combaten” al concepto tradicional
del salvajismo, del capitalismo, el concepto de ciudadano.
Por
lo mismo la promoción de los conceptos se da en una guerra que otrora hubiese
sido llamada de baja intensidad. Una guerra donde la predicción tiene otra
condicionante de modelo, corroborada y asistida para su desarrollo hoy con más
énfasis que ayer:
El
dominio del conocimiento no es ya un capital oculto está al alcance de todos
aunque en los hechos pocos puedan alcanzarlo y ponerlo en práctica.
A
decir del gurú de la administración Peter Drucker, la base de la pirámide de los
entes económicos sigue siendo la industria de chimeneas y de calle, que la
tecnología de punta apenas acerca al control. Los acartonados que medran de los
recursos estatales no tienen overoles para reanimar la industria ni menos
hacerla amigable con la tan mentada “madre tierra”, parecieran ser fieles a la
madrastra, como dice una canción española.
La
familia en ese entorno toma los valores del deber ser, una mafia universitaria
incapaz de desarrollar nada y colocar en manos de los bolivianos tan sólo su retórica
de rococó barroco, en cambio desarrolla desde la escuela la segregación basada
en el conocimiento y el dinero, asegurándose un puesto en la empresa familiar
en que se ha vuelto la Universidad.
Los
teóricos de mi época, en el colegio inundaban con el entronque de la revolución
nacional, el nacimiento de la nueva burguesía que no se dio con la llegada de
la democracia, democracia que parió la emergencia del nuevo siglo con el
“entronque de las plutocracias”. Una nueva burguesía que aún no ha terminado de
gestarse que espera una nueva revolución. La nueva plutocracia desde el
gobierno alardea de burguesía pero no es más que el entronque de plutocracias.
Los
padres de familia, hacen una carrera no por la puesta en práctica del
conocimiento sino una carrera de cartones que otorgue a quien lo tenga la
manera de manipular de mejor manera un lugar en los puestos burocráticos. Las
crisis golpean a la base de la economía pero a la burocracia tan solo la
acaricia.
La
familia en ese entorno es fiel a la predicción, en su disfuncionalidad ha
logrado zafarse de la educación primaria, padre y madre van al trabajo, una
escuela que no los acoge durante todo el día, una niñera de lo más salvaje como
las cajas bobas. Si alguna vez educa la familia en primaria en secundaria su apoyo es para alcanzar
cartones a como fuese, cueste y de
lugar.
En
otros casos la disfuncionalidad llega a tener padres y madres con diferentes
correlatos de valor para su aplicación, se suma los valores dictados por las
políticas gubernamentales. El presidente ha expresado a todos la necesidad de
“llamita y ovejita” para salir del colegio. Los profesores han expresado con
sonrisas lo que es habitual.
No
existe en los teóricos sociales bolivianos, una discusión abierta y sincera
sobre la educación, la retórica de los sindicatos de profesores en la práctica
sigue siendo acomodaticia. Los unos vendidos y entregados al poder coyuntural,
cualquiera sea este, vestidos de rojo y socialistas. Los otros parangonando lo
que hacen bajo circunstancias donde los entes económicos tornan a modelos no
vistos otrora bajo el mismo hilo conductor.
Un
teórico denostado por todos cuando existen marchas, decía poco más o menos que los humanos
tendemos hacer lo más fácil y es ello lo que ha llevado al descubrimiento de
las nuevas fronteras de la ciencia. La predicción no podía ser más inadecuada en
ese tiempo, cuanta más cierta, hoy todos los cientistas sociales, incluidos los
de la educación, hablan de entropía. El
mismo teórico anunciaba la mutación de los obreros a obreros sin patrones; el
teórico también anunciaba, atisbaba que el arte no podía conceder una educación
esclavizante por lo mismo la educación debiera parir un hombre capaz de
expresar su propia libertad, los muralistas mexicanos, escritores franceses,
Rivera, Bretón, sumaron su voz a este
movimiento.
Los
profesores ganan cartones inútiles para el conocimiento, pero de valor para
lograr favores y remuneraciones que no sobrepasan el slogan pasado “denles dinero
a los profesores queremos educación”. Probablemente levante urticaria el hablar
de la calidad, el mencionado teórico mentaba ya el “loop” de la gestión, el de
la mejora continua.
Las
normales donde se forman los profesores, está tan disfuncional como la familia,
la que debiera hacer debate con la universidad en los hechos reproduce lo que
se da en la escuela. Hace años una estudiante de la normal decía al igual que
mis hijos hoy: “… es que mi profesor/a
me ha dicho que haga así”.
El
modelo de escuela Normal se puede ver en los hechos del Mayo francés, Sartre había pulverizado el discurso
de la universidad, los estudiantes se sumaron a ello. La Sorbona había sido
interpelada y derrotada. Mayo es de los estudiantes del mundo, de la discusión
y la duda que hace al hombre. La Escuela Normal de Maestros en Bolivia requiere
de sucedáneos, Profocom, que en los hechos es la reproducción de una
universidad que fracasó.
En
un seminario de seguridad industrial, presentaban los profesionales más reacios
a los cambios que llegaban a la mayor pedantería, estaban en primer lugar los
médicos y los profesores. Dueños, pequeños dioses de aula, cuya voz y sentencia
deben obedecer todos los allegados al paciente, al alumno.
Al
no existir familia como tal ya ni la religión va en su busca. En un trabajo realizado
hace años en el internado de huérfanas Penny
de Oruro. Entre las conclusiones que
escribí, la familia había sido acomodada al quehacer de una monja y el Cristo crucificado.
La familia disfuncional restituida, Dios proveedor, monjas que educan y
suministran lo que Dios ha habido para ello. Los índices de esta institución
eran mejores comparados con los índices de otro hogar de huérfanos, como
ejemplo, los índices de maltrato en el Hogar Zelada eran mayores tanto por
parte de los que regentan como de los propios internos.
La
religión podía sustituir y mejorar la disfunción familiar, pero Dios ha muerto
como tal, apenas un sucedáneo al dolor. Lo que no podía sustituir la familia
era que las mismas niñas tenían sueños de ser funcionarios de alguna
institución donde tengan sueldos. (Cabe decir que funcionarios del actual
gobierno plagiaron el trabajo y hoy son los grandes consultores de la
estrategia educacional)¿Vamos a juicio?
La
familia disfuncional no sólo está en las familias destruida por el acoso
político y económico. Está en aquellos que se precian de la moralidad de la
sociedad. Para nadie es desconocida las aventuras extramaritales, producto de
la extorción, las dobles vidas que se llevan, los hijos “bastardos”, las
historias son muchas y hacen para otras páginas. La tinta de los periódicos se
ha inundado sobre el escándalo presidencial, mejor evidencia esa.
Esa
familia en todo el sentido recoge los valores y lo fundan en lo que la
hipócrita educación satisface en los mejores colegios.
No
es más la madre que enseña a los niños los valores, ni los abuelos los
encargados de proporcionar lo mínimo para caminar en la vida. La experiencia de
ellos recoge para hacer de la educación el justo acartonamiento, reconocido por
la sociedad.
La
educación en la familia poco menos que ha muerto, en otros países la familia
tomaba la posta para cincelar el bronce de un ente económico, después los hijos
de los artesanos eran propietarios de pequeñas factorías, los nietos de la
factoría con apellido de bolsa de valores, demás está decir que los cartones
eran complementos sin importancia. ¿Algún catedrático acartonado hasta el
cogote podrá infundir el conocimiento de una factoría levantada a sudor y
lágrimas, mejor que el que lo ha levantado? ¿y no será que los secretos serán
entregados al hijo? Hoy el sueño que infunden los cartones es pelear por una
plaza de la burocracia, que medra y no crea riqueza. La educación no es la
herramienta para impulsar la factoría en este país disfrazada de anticolonial y
racista cuando los tuétanos se precian de estos valores hasta el hartazgo.
La
familia de los artesanos enseña a sus hijos para ser parte de los maestros sin
conocimiento, de los policías con el dedo presto a lanzar el plomo, militares
de botas manchadas de blanco elixir, curas que tienden al placer y la oración de un nuevo
Dios que no es el Cristo anatema que corre de los templos a las serpientes ni
el Dios de la esperanza, de ministros religiosos que son felices con diezmos
como lo es la corrupción del gobierno, Todo lo que tenga su renta, pero de
factorías nada.
La
escuela de la producción que gasta millones en propaganda, no tiene sino la
alegría de lanzar la mano de obra fácil y sumisa. Lo peor, esa mano de obra, no
puede sostenerse por sí misma por muchos años, una canción acusa comerse la
dignidad porque “cambiaste los bueyes por trago al patrón, poniendo en prenda
el chaco también”. ¿Se me amenaza por lo escrito? Cristo está colgado en los
altares y a su salud beben y se beben su dignidad. Mi mano puede ser que tenga
la ayuda de ese Cristo al escribir.
* Ha
estudiado ingeniería química y trabajado en el área minera en empresas
COMSUR/Sinchi Wayra, Apogee - La Solución, Minco y otros.
Oruro
febrero 10 de 2016
Edgar
Jorge Rodríguez Alánez
CI: 3081317-Or
Telf. 52 41924
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