Por Edgar Jorge Rodríguez Alánez

jueves, 16 de septiembre de 2021

YATIRIS, PASTORES Y CURAS EN POST ACCIDENTES

 

YATIRIS, PASTORES Y CURAS EN POST ACCIDENTES

Por Edgar Jorge Rodríguez Alánez

En varios accidentes asistidos, tanto como rescatista cómo seguimiento de la recuperación y reingreso a labores, uno de los ítems descuidados es de la psicología laboral.

La rama de la salud y seguridad ocupacional o de higiene y seguridad industrial ocupada de la estabilidad sicológica de un trabajador, es la psicología laboral. En las empresas de la minería mediana, de la cual me ocupare, no se tiene desarrollado este ítem, no sólo por razones económicas sino también por desconocimiento e incidencia en la productividad de la empresa y también por la gestión de seguridad reportando cada vez menos accidentes con incapacidad o tiempos perdidos mayores a una semana.

En un accidente en la mina La Solución, ubicada en la comunidad de Hampaturi del municipio de La Paz o Palca (ambos reclaman tuición), dos trabajadores atrapados en un buzón, fueron rescatados y llevados a emergencia del Hospital Obrero, ambos trabajadores fueron dados de alta hospitalaria. Uno de ellos con alta para el trabajo y el otro con una baja de recuperación en domicilio.

En el primer caso, aplicamos trabajo restringido, con quehaceres de adecuación en el jardín de superintendencia y al cabo de tres días estaba en su puesto de trabajo.

El otro trabajador estaba postrado en cama, recurrí a averiguar en el hospital por el diagnostico, el médico de nuestra posta de primeros auxilios hizo otro tanto, en ambos casos la explicación de la salud del trabajador era la misma, estaba bien y ya debería estar en condiciones de entrar a trabajar.

El trabajador en los hechos estaba postrado en cama y quejándose de su salud, sin poder caminar ni levantarse. La semana paso y una nueva baja y otra.

Las visitas en conjunto con el médico, contradecían los pronósticos médicos de una recuperación pronta. El médico no entendía las contradicciones del estado de salud.

Si bien la Medicina del Trabajo tiene cómo uno de sus objetivos la rehabilitación del trabajador, no toma en los hechos la parte de la psicología laboral u ocupacional en este objetivo. Enfatizó, ergo las empresas aún las más grandes, a pesar de contar con psicólogos en su departamento de recursos humanos, no prestan ninguna atención en la seguridad industrial en post accidentes.

En ese interín decido hablar con la esposa del accidentado, los tópicos los tratamientos médicos y de cómo se encontraba la familia con el accidente. Cabe mencionar de las visitas exaltadas de los comunarios de Hampaturi para reclamar sobre el estado de salud del trabajador. Vanas son las explicaciones médicas, lo “que se ve se anota” dice un adagio popular sobre el “cacho” y lo que se anotaba del trabajador era que estaba postrado en cama.

Las explicaciones de la esposa fueron concisas en las dificultades que acarreaba el estado de salud, las dudas sobre el trabajo y su salario le fueron aclaradas, sobre las dificultades de la familia con el contorno familiar y comunal.

Inquirí específicamente sobre si le “habían llamado el ánimo” la respuesta fue: sí. Volví a preguntar quién lo había hecho y me dijo un familiar, si el recuerdo no falla, el hermano había hecho de yatiri.

Entonces le reclamé por qué no habían contratado un “yatiri”, si su esposo es trabajador, por que no se le había dado una ceremonia con un “callawaya”. No me dijo nada, pero al final en forma decidida afirmó: haremos un nuevo llamamiento.

En la siguiente visita el trabajador estaba ya recuperado y en una semana entraba a sus labores. En su caso no tomamos ningún trabajo restringido, los reclamos del sindicato sobre su puesto al volver y otros realizados por sus parientes hacía su vuelta inmediata a su puesto de trabajo. Sus compañeros todavía hacían pullas sobre él y su accidente, una forma de conjurar el miedo y reafirmar procedimientos de buen trabajo.

En otro trabajo durante la construcción de los puentes trillizos de la ciudad de La Paz, una mujer de mediana edad, hacía trabajo restringido, realizando labores de limpieza y con reclamos constantes sobre su salud. La supervisión eludía su presencia y las órdenes diarias eran: a barrer.

Inquirí con ella sobre su salud, averigüé sobre su religión, era protestante o “cristiana” cómo se les dice por estos lares. De refilón entre conversación y conversación ella no creía en “yatiris”.

Al día siguiente le pedí que realice una ceremonia, un rito hecho por los pastores de su iglesia. Realizar una “rezada en su domicilio” le indique que luego de ello no salga de su hogar y realice los actos penitenciales indicados por su pastor. La mujer se recuperó favorablemente.

En otro episodio varios trabajadores católicos, me decían en son de queja: “todo me esta saliendo mal”. Mi respuesta inmediata: “hazte milluchar” o “misaisalud” de las muchas veces el consejo son varias las personas que han dado fé testimonial del oficio de tal o cual cura con resultados positivos. Debo confesar que el mismo consejo me lo daban cuando las inspecciones o trabajos de mi área no se cumplían.

Los ritos efectuados en agosto y carnavales propiciada por las empresas y realizada por los trabajadores tienen su efecto en la seguridad industrial y esencialmente en la productividad de la empresa, de ello nos ocuparemos en las próximas cuartillas.

La Paz, 15 de septiembre de 2021

Edgar Jorge Rodríguez Alánez

3081317 – Or

viernes, 10 de julio de 2020

Protocolos de mi mamá: “pan y maniobra de barriga”


Protocolos de mi mamá: “pan y maniobra de barriga”
Por Edgar Jorge Rodríguez Alánez
Las indolencia en los tiempos del COVID 19 tiene su cara de hereje, esas caras se conmueven ante la dolencia de un perro deambulando en la calle pero es indolente ante una niña que requiere atención médica, esas caras lloran y constriñen sus caras juntando sus manos con rezos a Dios, pero sus manos sólo se abren a don poderoso Don Dinero, sus caras se constriñen para negar atención médica a una niña, ella, estos momentos se debate entre la vida y la muerte.
La noticia aligera la memoria y recuerdo los protocolos de mamá, a los mayores cuando una pepita de papaya se nos atoraba, cuando el tostado de maíz mal masticado y su colita se atoraba, cuando ya niños entre 10 y 12 años, acudía a un pedazo de pan con miga y obligaba a comernos el pan entero sin agua o líquido, si el problema persistía, era inmediato acudir al médico.
En los almuerzos alguna vez las carnes duras se nos atragantaba seamos mayores o menores, primero mi padre y luego mi madre acudían a las “compresiones de barriga”, ella ponía el puño de una mano con el pulgar algo extendido en la boca del estómago y realizaba compresiones pausadas, expulsábamos el bolo y nos quedaba el sabor amargo. A mi madre le había visto por primera realizar esa acción, maniobra, al haberla usado con mis hermanas pequeñas cuando aprendían a comer. Después mi padre la utilizó conmigo de niño.
En los cursos de primeros auxilios, la maniobra de la compresión de barriga, se llamaba la “maniobra de Heimlich”, cuyo protocolo consiste en “rodear con sus manos la cintura de la persona. Coloque un puño apretado arriba del ombligo y debajo de la caja torácica. Sujete su puño con la otra mano. Tire del puño apretado con un movimiento seco y directo hacia atrás y hacia arriba bajo la caja torácica de seis a 10 veces rápidamente. Use menos fuerza en un niño que lo que usaría en un adulto” Todos los protocolos terminan si no da resultado inmediatamente llame a una ambulancia y pida ayuda médica.
Años después la maniobra la he utilizado con mi hijo, la desesperación aún en casos de vida o muerte nunca la he sentido como la he sentido ese día. La desesperación es mala consejera, hicimos todo lo posible y acudimos en tropel con mi esposa al médico, en el camino expulsó lo que tenía atragantado en la garganta. En emergencias, llena nos mandan a la pediatría, allí dejan de atender a todos, atienden a mi niño. El, había vuelto a tener la misma inquietud y a la actividad curiosa del ambiente que nos rodea. Ellos aplican sus protocolos pero ya tranquilos.
Así pues, vuelvo a decir que la estrategia de “guerra popular y prolongada” es para estos tiempos. Popular porque las madres y los padres deben tener, protocolos sencillos como mi madre.
Acostumbrado a crisis con adultos, no me había preparado para mis hijos, está más allá de comprender: calma … Pero es tu hijo… popular por eso y popular porque también los médicos y las enfermeras debieran aprovechar este ingrato hecho de una niña debatiéndose entre la vida y la muerte, para enseñar de la manera más sencilla la maniobra de Heimlich y la ingesta de pan con miga.
La calma se adquiere con el “orden cerrado” una y otra vez, una y otra vez hasta ser instintivo. Esa es la guerra popular, los médicos realizando la enseñanza en las esquinas, ahora en los tiempos de COVID 19, cuando las calles pueden ser tomadas por el pueblo y los mandiles blancos pueden revertir la actitud terrible, espantosa del miedo y la angurria de los hospitales.
La guerra es prolongada y este COVID 19, despeja el camino a personas indolentes, a Dios rogando y con el mazo dando. Es prolongada y volver a reconocernos allí en la calle, el camino … no hay campos de marte, la guerra está en las fábricas, en los talleres, en los hogares …
Cambien la estrategia o los cambian a fuerza el pueblo… pero también aquellos a los expulsamos ayer…

Oruro, 10 de julio de 2020

Edgar Jorge Rodríguez Alánez
CI: 3081317- Oruro

jueves, 25 de junio de 2020

El protocolo de mi mamá: carbón y “taco” (terramicina)


El protocolo de mi mamá: carbón y “taco” (terramicina)
Por Edgar Jorge Rodríguez Alánez
Primera fase: el dolor de barriga en su inicio se trata con carbón activado, hecho en casa, con un excipiente natural como el agua y dulzura de reprimenda ante la negativa de cualquier remedio. El preparado trata de quemar algo de pan duro, especialmente los bordes, luego en un vaso con agua hirviendo y limón se agita la mezcla y listo.
La primera fase siempre se pasa rápido, medicado, sano listo para corretear, travesuras con los pantalones con remiendos de cuero en las rodillas. Las más de las veces ahí termina el tratamiento.
Segunda fase: si el dolor persistía y tenías una diarrea, entonces se preparaba los antibióticos en base a taco, goma y almidón de maíz, sencilla la preparación. El taco era una tierra arcillosa de color roja, la misma se molía ya en un morterito, en batan o simplemente apretujando en un vaso y una cuchara hasta reducirla a polvo.
La goma era un pedazo de resina proveniente de un árbol de la Amazonía o el Chaco, según de donde lo compraras. Esta resina se la quebrantaba y ya lista el otro ingrediente. Ambos se diluían con agua poco más que tibia. Cuando esta ya diluida se reserva.
En una olla se pone a cocinar la maicena, como siempre con los cuidados de siempre, puede añadirse alguna vez para darle color y sabor algo de una cola, en este caso dependerá de la fluidez de la diarrea pues al agregar la cola se agrega caseína, una vez cocida se agrega el taco y goma y se diluye, al fuego lento y vuelta a la mezcla y remoción.
He ahí el antibiótico, debía bastar con dos tazas en intervalos del té a la cena. Ah olvidaba la hidratación, con mates o técito. Anís generalmente.
Esa tierra roja al parecer un polvito sin ninguna propiedad, contiene cepas de terramicina, sería oneroso explicar sus nombres y microbiología de las tetraciclinas. Bastará con indicar: es un antibiótico de amplio espectro.
Tercera fase: en caso de que al día siguiente seguías con las diarreas o malestares, era limpieza y al médico, a pesar de la negativa: al médico.
Por ese entonces lanzarse o patinar en el piso de baldosas resbaladizas del maternológico de la CNSS, era parte de la sanación. Pocas veces el tratamiento incluía otro antibiótico. El médico me miraba y decía: si tu hijo estuviera enfermo no hará las travesuras y ese dejo de curiosidad que tiene; hurgueteaba y miraba sus vitrinas, entonces me auscultaba y ya. Algún medicamento con el agregado: sólo si empeora.
Mi madre sabía de las propiedades de las plantas y las tierras, de los tintes, de preparar yogures y otras cosas si alguien tenía los conocimientos empíricos de biotecnología era ella. El médico conocía a mi madre el me delató cuando una herida de rodilla me llevó a la asistencia pública. Tu eres Rodríguez, me encuentro con tu madre y sabrás lo que es canela. Sonreía y ya. La reprimenda dolía más que la herida, pero el consuelo y los cuidados curaban más que los medicamentos.
Las mamás tenían un protocolo para cada mes del año, esos protocolos van desde la prevención de enfermedades estacionales, hasta la comida y lo imprescindible como los rábanos. Iremos hablando de ello en pequeñas capsulas.
El Covid 19 avanza y las mamás han perdido las armas, es más fácil asistir al médico que implementar los protocolos. La generación Z, los milenians y ratas, tardarán en comprenderán, el preparado de los antibióticos, validados con los procedimientos de ciencia y manejo en una “botica”.
Esas generaciones con un click tendrán mediante “deliverys” cualquier medicamento, con el mismo click, la información donde se tiene la sintomatología y la medicación. Pero los protocolos se hacen paso a paso y con los conocimientos de la farmacología popular, incluso en estos tiempos de click y deliverys.
Los grandes hospitales son eso de cuarto o tercer nivel, pero el primer y segundo nivel deben ponerse a la altura de la gente del pueblo en una guerra contra uno de los primeros ataques de virus y bacterias. El manejar contingentes de médicos y personal paramédico sugiere una logística basta y amplia sin ello no sirve. Los laboratorios han colapsado en el país. El único laboratorio capaz de atender a múltiples enfermedades en primera fase y segunda es la cocina de las mamás. La consigna es clara guerra popular y prolongada. En las calles, en las casas, en donde exista un puñado de gente, allí, el pueblo debe responder con una guerra popular y prolongada.
Edgar Jorge Rodríguez Alánez
C.I.: 3081317- Oruro

domingo, 21 de junio de 2020

Carbón


Carbón
Por Edgar Jorge Rodríguez Alánez

Los tiempos del coronavirus requiere una serie de inventivas populares, los hospitales públicos no atienden enfermedades vulgares y corrientes cómo antes. Pero la inventiva popular, que la han desmitificado porque provenía de ciertos rituales con el que se iniciaban, ha sido sistemáticamente atacada desvirtuada y reemplazada por la medicina formal.
El coronavirus también ha destapado una serie de falencias en los médicos a quienes se les ha librado a batallas sin los insumos requeridos por la medicina actual, librados sin el vademécum popular y si ese vademécum tenía la contraparte de ciencia y validación dentro de esa farmacia.
El carbón activado es uno de los medicamentos utilizados para adsorber las toxinas derivadas de la ingestión de alimentos en mal estado e intoxicaciones debido a la sinergia de medicamentos en todo el tracto de alimentación.
Los médicos lo administran generalmente durante diarreas o en su aparición, una primera fase, no representa mayores complicaciones, en las farmacias pueden prescribirte sin receta para estos casos.
Cómo cualquier medicamento este tiene sus contraindicaciones y su dosis, las dosis generalmente no sobrepasa los 150 mg, es decir una pildorita de carbón con su respectivo excipiente.
Ahora bien, en estos casos mi mamá nos suministraba una serie de medicamentos caseros en las enfermedades uno de ellos el carbón activado.
El modo de prepararla era simple. En la cocina nunca faltaba el pan duro este pan duro antes de someterlo al fuego era revisado si tenía algo de moho, si era así mi madre los desechaba inmediatamente. 
El pan se sometía al fuego, donde las humaredas daban la razón de su quema, retirar un tanto y volverla a meter al fuego. Un momento con braza al rato con fuego cuando algunos bordes presentaban el carbón se retiraba y se en trozos de más o menos tres centímetros. Una de las variantes era trocitos en sartén sin aceite.
Los trocitos con carbón en los bordes, se ponía en un vaso con agua hervida y luego limón. Ella agitaba bien muy bien y ese líquido medio amarillento y con rastros de partículas de carbón se ingería. Cómo es costumbre y es menester, siempre debíamos ser reacios y con ademanes entre enfado y en broma, se nos obligaba a ingerir.
Ese es el modo de que la farmacopea popular preparaba los medicamentos, en este caso el carbón activado. Serrvía cuando empezábamos a tener diarrea o dolores de barriga.
Hoy la ingesta de comidas “delivery” trae intoxicaciones, no agudas que no son tratadas y son ocultadas por unos y otros, estos por miedo al COVID 19, los otros por la estigmatización y finalmente porque no se tiene los medios y recursos suficientes para comprar algo en farmacia o asistir al médico.
En fin el carbón está en todo como la contabilidad ambiental, huella de carbono, los contaminantes derivados de materiales carbonados por la quema de derivados del petróleo, etc. Pero está receta está vigente y la pueden validar los médicos.
Los químicos no han hecho su labor durante esta emergencia, y los legos creen que pueden dictar normas, una cosa es la farmacopea popular validada ciento por ciento por la ciencia y otra es la estupidez e ignorancia.
Queda a los químicos, no será esta universidad orureña por cierto, pero a poco, como dirán los brujetes. será mejorado, cuando no han hecho más que aplicar las herramientas tal y como las enseñaron en las Us norteamericanas y europea, sin contrastación u optimizarla a través de la investigación.
Pero algo es algo, no se tiene una valoración con los datos de Oruro de cómo se está comportando la pandemia y los legos terminan ocultando o solapando la data estadística, el saber de la pandemia cualquiera, sea el resultado, no contrae riesgo lo que contrae tomar decisiones sin la base científica. No se tiene marchas de análisis biofísicoquímicos que puedan suplir la carencia actual. No se tiene la sustitución de una serie de materiales con viricidas y bactericidas que puedan suplir los materiales que ya empiezan a inundar el mercado, lo peor el poco conocimiento de la enfermedad nos llevará a estar en una emergencia larga y prolongada, una guerra larga y prolongada sólo puede ser contestada por una guerra popular. Los estrategas de las guerras rápidas, de posiciones, de movimientos se han equivocado. En fin, el tintero puede dar abasto para más … suficiente por hoy …
Nota: han defenestrado algunos bol... el método científico … Respuesta: OJO, OJO, OJO  observación preventiva, los norteamericanos tienen su stop….
Nota 2: De algo habrá servido haber estudiado ingeniería química, la universidad vuelve tontos si permites que te vuelva tonto.

Edgar Jorge Rodríguez Alánez
CI 3081317 – Or

jueves, 21 de mayo de 2020

Respuesta a través de panfleto “pegado en el monte de los clamores” sin burros ni pregoneros

Respuesta a través de panfleto “pegado en el monte de los clamores” sin burros ni pregoneros
Por Edgar Jorge Rodríguez Alánez
Los pregoneros con jumentos enjalmados: “Sepan cuantos la presente carta vieren u oyeren … transgénicos… Coca Cola… buenos … índices …”
Me temo que les colgaré el panfleto escrito a continuación.  ejrodal
Los tambores resuenan en las cajas bobas, tamborilean las plumas de los escribidores, a manera de pregoneros del gobierno se desgañitan, traen comidas y hasta Coca Cola está hecha de caña transgénica.
En mis adentros hago una parada en los recuerdos de visitas a los ingenios azucareros y quiero ver cañas con su cara transgénica, de allí a las embotelladoras es un periquete de tiempo y veo los sacos ingresar en los reactores de mezcla.  Me niego a pensar que sea transgénico, pero de que puede ser puede ser.
La soya empezó a cultivarse en la década de los ochenta primeramente en forma clandestina, sin rubor ni estadísticas, pero ya el ingreso de importaciones de soya se registra en el INE y son estudiadas por diferentes instituciones del estado. Allí nos dicen que el año 2000 ya existe importación de soya, la famosa transgénica. La evolución es rápida, muy rápida.

                       Fuente: AEMP; “Estudio mercado del grano de la soya”,30/09/2013

El dinerito también debe ir a la compra de semillas, y como se ve en el gráfico anterior, los dólares suben con cada año de 345 $us/Tn   a 738 $us/Tn. En cualquier mercado las amas de casa preguntarían: - “por qué pues tan caro caserita, me estas viendo …”, ni corta ni perezosa la caserita respondería así: - es pues así, así nos están dando, reclama pues señora ni nosotras no ganamos, para ellos no más ya es-
Pero los soyeros no reclaman, ¡negocian! el uno sin el otro, y el otro con otro, pero dinero más dinero menos no hace la diferencia. El estado ve su balancita mermada, pero no dice nada porque el estado quien sea que este debe regirse por la oferta y la demanda, o la manda de los monopolios.
En esos ires y venires de los pregoneros, los burros enjalmados con cartones harvarianos y “méritos académicos”, responden altaneramente con un contundente índice, el rendimiento de los kilogramos producidos por hectárea.  De por allí sale uno que otro “boliviano”, como llocalla desobediente, con la histórica de rendimiento. Pero los también harvarianos pagados por ONGs ambientalistas, dicen que es malo, sin bolas dirá algún ministro. El trino llega a molestar, muchos trinos también, los panfletos … son panfletos.
El cuadrito realizado es para que vean cómo se ha mantenido el rendimiento, comparado con la década de los ochenta, que no había todavía transgénicos el más alto es algo más del 9 % en la década 1990-2000 la década que vivimos es negativo en más de 30% falta un año dirán, pero ya surgió el Covid 19 por lo mismo este rendimiento por hectárea será mucho menos.

            Fuente : Elaboración Propia en base datos INE. www.ine.gon.bo; Los tendencias concuerdan  con los datos de ANAPO, Memoria 2019

Las hectáreas en cambio han crecido, pero a niveles de más 1400% si mil cuatrocientas veces más que en la década de 1980 1990, esas áreas también deben corresponder casi inmediatamente a hectáreas deforestadas.
Pero falta todavía, la caña de azúcar que falta en las tierras del Beni y norte de La Paz, proyecto San Buenaventura quizá pueda beneficiarse, pero esas tierras, cómo dirían los de allí: la tierra estará como los pescados. Es mejor traer surubí de La Paz que pescarlo, comerlo,  es comer mercurio. Entonces seguramente serán otras tierras las que sufrirán el desmonte a través de quemas, incendios.
Los incendios fueron piedras en el rostro de Evo, también había enfilado como gran defensor de los transgénicos, esas piedras lo llevaron a escapar a la Argentina donde de seguro sabrá allí de las consecuencias de la soya en los descamisados.
Los incendios siguen, ni el gobierno, ni las cajas bobas, menos los escribidores dicen: esta boca es de miau; siquiera por haber gato encerrado.
La soya sigue tamborileando sus tambores, las acémilas llevan enjalmes de cartones harvarianos.
Nota.- la nota escrita es notita nada más. Se pueden hacen mas cuadritos, curvas de tendencia, pero bueno, el gobierno pagará a sus acémilas para ello para seguir con el pregón de soya transgénica.
Oruro, mayo 21 de 2020

Edgar Jorge Rodríguez Alánez
3081317- Oruro


martes, 14 de abril de 2020

Ahorro


AHORRO
Por Edgar Jorge Rodríguez Alánez

Las pantallas de las cajas bobas tienen una serie de propagandas, éstas tienen dependiendo, de la temporada o años, más o menos minutos al aire, canciones y demás sobre ahorro.
De niño odiaba esa propaganda, mi recreo no daba para ahorrar, a lo sumo unos cinco o cuatro días para comprar un chocolate, y ser admirado por el chocolate o esos dulces caros de “niño rico”. No importaba un chancho o alcancía aunque te regalen.
Mi consumo era predecible, más o menos con frecuencias de cuatro a cinco días, a la salida del colegio o a la entrada, rara vez en los recreos, esa frecuencia era los días de ahorro de mi recreo. Mi padre me ve contando y recontando mis centavos y me lleva a una cooperativa de ahorro y abre una cuenta, esa cooperativa tuvo problemas y cerró. Bueno, los ingresos más altos, confiscados por mi madre, iban a esa cuenta. 
Yo había hecho carne de un corrillo: “el dinero tiene valor cuando sale del bolsillo”, entre tanto nada de nada. Y era cierto sentado en la plaza saboreando un helado de barquillo o comiendo una barra de chocolate realmente me sentía niño. Si mi ahorro ganaba intereses, para los economista valía un cacahuate en general y claro también hacía eco de ello. Una economía de bolsillo escolar.
El recreo tenía esos componentes de ingreso y consumo, pero Keynes y Friedman no explicaban que debía hacer un niño para tener mayores ingresos, mi padre decía que jugar, estudiar, dormir bien, comer todo lo que se te da, era mi trabajo y cumplía con creces.
Otras entradas eran confiscadas y puestas al ahorro, pero de que servía si allí no cumplía con su oficio de dinero, casi de nada.
Los banqueros y el gobierno anterior, indicaban que teníamos ahorros, esos ahorros se esfumaron. Grupos de “bots” dicen: “queremos nuestros ahorros”, desde el lanzamiento de la propuesta de los empresarios de la devolución de dineros aportados a la AFP, ahorro para una magra, en algunos casos, mísera jubilación entre otros. ¿Keynes o Friedman preguntaría para el consumo o renta de capital de quiénes?
La amenaza de no tener ingresos permanentes sobre el conjunto de la sociedad para liberalizar el empleo, como hoy se pretende, tendrá sus efectos: ¿en la economía boliviana o en la economía global?. Incapaces de producir lo mínimo en esta pandemia. Una empresa comercial ofrece a través de los periódicos una tela que es usada en la confección de material de bioseguridad, los mismos son utilizados por los EEUU. El ofrecimiento es al estado, ni siquiera a los empresarios, nadie de los que tienen un capital mínimo, a largo plazo o corto, observa la oportunidad en volver a utilizar fábricas textiles cerrados por falta de mercado. La indumentaria de bioseguridad, será parte al menos en unos años, distintivo del conjunto de la sociedad. Ah, este estado es un estado que apoya a EEUU que trae a Keynes con maquillaje.
Los recursos no tendrán efecto en la construcción de capital o de otras rentas de capital como dicen Keynes o Friedman, la movilidad de esos capitales de consumo, son espejismos, puestos para los capitales comerciales, capitales no productivos o hacedores de riqueza. Friedman habla de una renta de los ahorros, es decir estamos hablando de capital, dinero haciendo dinero. Que dirían los marxistas como Mandel: la renta tiene su nombre.
Los efectos en una economía como la boliviana, pueden ser desastrosa, entonces el ahorro es ¿bueno o malo?
En el otro sendero, un estudio hecho en el Perú, se daba como noticia que los pobres más pobres ahorraban, mucho más que los ricos y los de la clase media, a costa del hambre. Ese estudio valorizaba la vida en tierras tomadas en Lima por la gente y la construcción de viviendas precarias, esas casas precarias representaban un flujo de capital circulante mucho mayor a los ahorros y el consumo superfluo de las clases medias y altas, propensas al consumo suntuario.
Quisiera cómo niño ser niño, tomarme un helado o un chocolate, ser niño sabiendo mi renta, de una forma u otra no será tocada, mi padre y madre estarían allí, cuidando el recreo de ese año y por lo que dure la escuela.  
Recuerdan los déficits comerciales ¿Dónde estamos? ¿EEUU están sobre la misma tendencia de hace un o tres años? ¿los ahorros tienen la misma tasa, digamos de valor? ¿tiene el ahorro un crecimiento o la sociedad en conjunto no ahorra lo mismo? Verán, el consumo, reposición rápida de bienes de capital, etc., en fin, no se ahorra ya nada y si la jubilación se va al diablo, el coronavirus sin medicamentos y servicios de sanidad será la otra vía.
La realidad dirá, toda crisis es una oportunidad, apostemos pues por la vida. Ahora será oportuno ver los conceptos del ahorro a nivel macro de una economía como la boliviana y pensar en el relacionamiento con otras economías.
Oruro, 14 de abril de 2020

Edgar Jorge Rodríguez Alánez
C.I. 3081317 - Oruro

MOMENTO PARA RELEER A ERNEST. MANDEL


MOMENTO PARA RELEER A ERNEST. MANDEL
Por Edgar Jorge Rodríguez Alánez
Estamos en pleno de los 80s, se sale de filas de panes y azúcar y entramos al abarrotamiento de alimentos, pero el dinero no existe. Los muros caen, la historia se termina, la familia ha dejado de ser el centro del universo, la peor derrota de los obreros bolivianos esta en ciernes el camino de fusil y libro es el camino donde no seríamos derrotados aún ahora ese camino no ha sido derrotado.
Las aulas universitarias no tienen paredes, los escritos poligrafiados anónimamente rondan las mentes. Las revistas “rojas” tienen firmas de intelectuales, las salas de espera tienen revistas con lo nuevas visiones o “viejas” visiones de las ciudades.
En uno de esos escritos se detalla en forma académica varios hechos históricos con algunos estudios empíricos, allí se explicaba como profecías los ardides en las economías, tan grandes fueran los países o tan pequeños como el nuestro. Las pirámides hechas por bancos donde habían caído ingenuamente los países africanos, la venta de acciones encriptadas de riesgo desmesurado. Encandilados, asombrados era rojos no era ciencia aunque los gráficos y estudios de las economías estén como en cualquier libro de macro o economía política.
Postrimerías de los ochenta del siglo anterior los periódicos daban noticias sensacionales para el equipo de San José, Daniel Valencia jugaría en Oruro, un jugador mundialista viviría y emocionaría con su futbol a los pobres obreros derrotados y exacerbaría las ambiciones de riqueza de los “pequebu”. Un empresario financiero era ovacionado y pronto cual vedette estaría hasta en las listas de los partidos gobernantes.
Sin embargo, vestido de blanco daría más que pie a los sinsabores venideros, cuál anécdota un sindicalista tildado de “clasemediero o pequebu” pero “trotskista”, tentado y urgido por su sindicato, había confiado en Multiactiva los dineros del sindicato, cuando se vieron las estafas no pudieron sino exigir al mismo dueño los dineros, esos se habían esfumado. Se veían estafados, lapidados por los trabajadores y en una cárcel.  En reunión del sindicato deciden tomar “acciones directas” e inmediatas y van a los garajes de radiotaxis Finsa, se hacen de vehículos, nadie ni porteros, ni nadie obstaculiza, la acción de fuerza y directa.  Los taxis tomados valorados aproximarían los dineros del sindicato. La acción en los garajes de Finsa fue rápida y sin temor, los dineros del sindicato estaban a salvo.
Esos escritos de Ernest Mandel detallaban en forma minuciosa la forma de estafa de las pirámides en escalas, las gráficas y los datos empíricos estaban allí. No era adivino o Huayra coca para vaticinar los mismos hechos en Oruro unos cinco años después, Mandel era economista, marxista y trotskista.
En septiembre de 2008 cae Lehman Brothers, las hipotecas pasaron de mano en mano hasta que los intereses no pudieron dar abasto y genera la mayor crisis mundial, el tesoro de EEUU acude a la compra, pero ya la crisis estaba en marcha. No había sindicatos para acciones de hecho y recuperación de lo suyo.  Los sindicatos obreros debieron callar.
Los hechos cuentan de manera académica, lo ya propuesto por Peter Druker, se debe estudiar a los sindicatos obreros de los EEUU, ellos se han convertido en hacedores de capitales y para esos hacedores se recomienda una nueva visión de los sindicatos obreros, ellos son parte de las crisis y también fuente de los dineros en EEUU, cómo se ve antes y hoy, también obreros, en Bolivia decidirán las nuevas recomendaciones para la actual crisis.
Ernest Mandel ha sido también uno de los visionarios de las ciudades intermedias de las recomendaciones cepalinas, durante ese periodo hablábamos de Challapata, su potencial agroganadero y minero, el gobierno departamental y demás hablan de Challapata, pero no de Oruro. Oruro por historia ha sido sitiada y tomada primero por los realistas habiendo aplastado todo motor de desarrollo, durante la república su apodo de industrial y minero han quedado en nada. Por donde se vea hoy esas recomendaciones tienen vigencia por los pormenores de nuestra economía. En plena crisis de la pandemia Covid – 19 el gobierno central cree manejar Oruro cual barrio de La Paz.
Mandel ha sido uno de los economistas cuya exposición manera académica ha incursionado en el análisis de la economía desde el punto de vista del valor. La réplica de esos estudios hoy nos muestra economistas desmembrando parte por parte las tesis y sus hipótesis y creando categorías como renta o solidario.
Bajo esas premisas todavía muy elementales, se ha realizado un pequeño ensayo para sobrellevar la crisis minera en Bolivia[1], como crisis de la tecnología, entendiendo que no es el hecho técnico solamente, sino aquellos que hacen la tecnología social o ingeniería social que deviene en la ciencia administrativa, analizado dentro de las perspectivas globales, en pequeñito el análisis se aplica a la Bolivia de 1570 adelante y el desarrollo de la economía global de la plata. El ensayo analiza la introducción de tecnologías, amalgamación, mita, seguridad industrial, explotación mediante galerías, introducción de puntas de hierro, venta de plata a Casa de la Moneda Potosí, salarios en especie, dinero o mineral, mercurio venta y distribución, etc., todo para salir de la primera crisis de la plata en Potosí.
Cabe añadir que la crisis no es sólo potosina es global, va acompañada de una serie de desarrollos tecnológicos en Europa hasta finales de las guerras Napoleónicas, en Bolivia si bien termina con el comienzo de la república esta tiene estertores hasta más allá entrada la república.
Los estallidos del último cuarto del siglo XVIII, denotan el agotamiento de estas medidas en la colonia española. Un hecho relevante son los sucesos de las rebeliones aymaras y quechuas en Perú y Bolivia, con las insurrecciones de Tupac Amarú  y Tupac Catari. Los mismos que son secundados, en poblaciones eminentemente criollas como Oruro, con las implicaciones económicas que desataron las mismas en los criollos y españoles por un lado y en la gran masa insurgente indígena.
Por ello es momento de releer a Ernest Mandel a sus detractores y discípulos, la senda es la misma. Pero quizá se pueda también releer a Smith y Marx, a Keynes.
Los recursos actualmente esgrimidos van en dirección de medidas ortodoxas, tanto desde el punto de vista keynesiano como el liberal. Las medidas en los países europeos denotan una insuficiencia en los sectores productivos. La caída de los mercados bursátiles ha sido parada momentáneamente mediante la introducción de capitales desde los estados comprando acciones de las principales empresas, parte de un estudio será sólo la caracterización en base a datos empíricos de la situación económica mundial, pero la urgencia nos dice a mes y meses de nuevos relacionamientos con las economías fuera y dentro de Bolivia. Es un nuevo mundo del mismo viejo mundo.

Edgar Jorge Rodríguez Alánez
C.I. 3081317 - Oruro


[1] Edgar Jorge Rodríguez Alánez “Crisis minera, crisis tecnológica”; “La Patria” Periódico de circulación nacional, 30 de septiembre de 2012, Oruro Bolivia; http://lapatriaenlinea.com/?t=crisis-minera-crisis-tecnologica&nota=121089