AHORRO
Por Edgar Jorge Rodríguez Alánez
Las
pantallas de las cajas bobas tienen una serie de propagandas, éstas tienen
dependiendo, de la temporada o años, más o menos minutos al aire,
canciones y demás sobre ahorro.
De
niño odiaba esa propaganda, mi recreo no daba para ahorrar, a lo sumo unos cinco
o cuatro días para comprar un chocolate, y ser admirado por el chocolate o esos
dulces caros de “niño rico”. No importaba un chancho o alcancía aunque te regalen.
Mi consumo era predecible, más o menos con
frecuencias de cuatro a cinco días, a la salida del colegio o a la entrada, rara
vez en los recreos, esa frecuencia era los días de ahorro de mi recreo. Mi
padre me ve contando y recontando mis centavos y me lleva a una cooperativa de
ahorro y abre una cuenta, esa cooperativa tuvo problemas y cerró. Bueno, los
ingresos más altos, confiscados por mi madre, iban a esa cuenta.
Yo había hecho
carne de un corrillo: “el dinero tiene valor cuando sale del bolsillo”, entre
tanto nada de nada. Y era cierto sentado en la plaza saboreando un helado de
barquillo o comiendo una barra de chocolate realmente me sentía niño. Si mi
ahorro ganaba intereses, para los economista valía un cacahuate en general y claro también hacía
eco de ello. Una economía de bolsillo escolar.
El
recreo tenía esos componentes de ingreso y consumo, pero Keynes y Friedman no explicaban que debía hacer un niño para tener mayores ingresos, mi padre decía que jugar, estudiar,
dormir bien, comer todo lo que se te da, era mi trabajo y cumplía con creces.
Otras
entradas eran confiscadas y puestas al ahorro, pero de que servía si allí no
cumplía con su oficio de dinero, casi de nada.
Los
banqueros y el gobierno anterior, indicaban que teníamos ahorros, esos ahorros
se esfumaron. Grupos de “bots” dicen: “queremos nuestros ahorros”, desde el lanzamiento
de la propuesta de los empresarios de la devolución de dineros aportados a la
AFP, ahorro para una magra, en algunos casos, mísera jubilación entre otros. ¿Keynes
o Friedman preguntaría para el consumo o renta de capital de quiénes?
La
amenaza de no tener ingresos permanentes sobre el conjunto de la sociedad para liberalizar el empleo, como hoy se
pretende, tendrá sus efectos: ¿en la economía boliviana o en la economía global?. Incapaces
de producir lo mínimo en esta pandemia. Una empresa comercial ofrece a través de
los periódicos una tela que es usada en la confección de material de
bioseguridad, los mismos son utilizados por los EEUU. El ofrecimiento es al
estado, ni siquiera a los empresarios, nadie de los que tienen un capital
mínimo, a largo plazo o corto, observa la oportunidad en volver a utilizar fábricas textiles
cerrados por falta de mercado. La indumentaria de bioseguridad, será parte al
menos en unos años, distintivo del conjunto de la sociedad. Ah, este estado es
un estado que apoya a EEUU que trae a Keynes con maquillaje.
Los
recursos no tendrán efecto en la construcción de capital o de otras rentas de
capital como dicen Keynes o Friedman, la movilidad de esos capitales de consumo,
son espejismos, puestos para los capitales comerciales, capitales no productivos
o hacedores de riqueza. Friedman habla de una renta de los ahorros, es decir
estamos hablando de capital, dinero haciendo dinero. Que dirían los marxistas
como Mandel: la renta tiene su nombre.
Los
efectos en una economía como la boliviana, pueden ser desastrosa, entonces el ahorro
es ¿bueno o malo?
En
el otro sendero, un estudio hecho en el Perú, se daba como noticia que los
pobres más pobres ahorraban, mucho más que los ricos y los de la clase media, a
costa del hambre. Ese estudio valorizaba la vida en tierras tomadas en Lima por
la gente y la construcción de viviendas precarias, esas casas precarias
representaban un flujo de capital circulante mucho mayor a los ahorros y el
consumo superfluo de las clases medias y altas, propensas al consumo suntuario.
Quisiera
cómo niño ser niño, tomarme un helado o un chocolate, ser niño sabiendo mi
renta, de una forma u otra no será tocada, mi padre y madre estarían allí,
cuidando el recreo de ese año y por lo que dure la escuela.
Recuerdan los déficits comerciales ¿Dónde estamos?
¿EEUU están sobre la misma tendencia de hace un o tres años? ¿los ahorros tienen
la misma tasa, digamos de valor? ¿tiene el ahorro un crecimiento o la sociedad
en conjunto no ahorra lo mismo? Verán, el consumo, reposición rápida de bienes
de capital, etc., en fin, no se ahorra ya nada y si la jubilación se va al
diablo, el coronavirus sin medicamentos y servicios de sanidad será la otra
vía.
La
realidad dirá, toda crisis es una oportunidad, apostemos pues por la vida. Ahora
será oportuno ver los conceptos del ahorro a nivel macro de una economía como
la boliviana y pensar en el relacionamiento con otras economías.
Oruro,
14 de abril de 2020
Edgar Jorge Rodríguez Alánez
C.I. 3081317 - Oruro
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