Por Edgar Jorge Rodríguez Alánez

viernes, 20 de julio de 2018

La maldición del hombre sobre el Lago Uru Uru


La maldición del hombre sobre el Lago Uru Uru
Por Edgar Jorge Rodríguez Alánez
Desde los cerros más altos, desde las montañas, corren los ríos como si buscaran el mar, buscan el más recóndito del altiplano, allí donde se encuentra el Lago Poopó. En su trayecto forman el Titicaca y desde este lago se descuelga el Desaguadero, afluente del Poopó.
Las leyendas dicen, el Desaguadero llevó a Thunupa a morir en el mar de sal, allí donde termina la pampa.
No era Thunupa cuando los rebalses del Desaguadero formaron, por mano de hombre el lago Uru- Uru, allá por los años 60 del siglo XX. Desde entonces el lago ha dado otra fisonomía a la ciudad de Oruro y sus leyendas mitos, relatos desde lo más romántico hasta los malditos cuyo contenido llena de temor a los niños.
Ahora parece que los mitos y relatos de tiempos remotos han tenido la pauta para indicarnos lo terrible de la realidad. Los últimos años han disminuido el lago, tiene menos de cuarenta por ciento de hace décadas, la pampa donde está también ha cambiado. En el hablar de la gente nuevos mitos y leyendas de muerte se acuñan.
Para la gente común el viaje por tren hacia el sud del país a las minas o escapando de la miseria a otra miseria en la Argentina, tenía en la retina un mar de flamencos, de patos de un lago de aguas azules que reflejaban el cielo azul de frío o de un calor que calaba en la piel como tinta que ensombrecía.
Las gentes tomaban los cerros por donde ahora se sienta Villa Chalacollo, desplazados por las constantes inundaciones de Challacollo no solo del siglo XX , sino desde que la leyenda de Aldana se formaba. Los challacollenos serían herederos de Aldana, de los negros, del ganado ovino, de un hospital y la administración de los curas agustinos. Herederos también de la muerte que viene de su tapado.
Desde esos cerros la pampa de colores terrosos, de algunos verdes intensos se confundía de un cielo azul verdoso con el azul del cielo, como un marco idílico de poema romántico propio de los enamorados. De sus promesas de “para siempre” de sus besos y sus sueños.
A Kitaya, el último rancho, sus pobladores le ganaban un espacio del lago amenazante con tragárselo. Su iglesia se llenaba de fiesta y las gentes hacían mil peripecias para llegar hasta el para pedirle favores, ahora es pampa sin agua, y el lago no amenaza con tragase amenaza con irse.
Las gentes pobres sabían cocinar el pejerrey con un poquito de sal y harina amarilla, ellos sabían del chicharrón de cuello largo o pescado para paliar el hambre y dar un brinco para evadir la miseria, no sabían de los huesos cargados de muerte.
En esos tiempos ya los augures de malas noticias, empezaban a estudiar el sistema TDP y sus predicciones sombrías eran tomadas como eso, como escritos de profetas malditos y los que verificaban sus predicciones, a los crédulos del desastre que avizoraban miedo, los tomaban como locos lindos o troskos que estudian hasta el “pedo de la vaca”.
En los años 80 del siglo XX los estudios de varios proyectos decían que los micronutrientes como el Zn o Se, se aumentaba en determinados sectores del lago, que los metales pesados como el As, Pb y Hg se incrementaba.
Los estudios también decían que el caudal del Desaguadero debía ser regulado, que el Mauri con su carga de As disminuía, que las minas nuevas de gran cuño tecnológico empezaban a comerse el Tapado de Aldana y vomitaba desastre de a poquito poco.
Esos estudios dudaban de las ONGs y el gobierno, de sus sistemas de riego, dudaban del pujante crecimiento de Oruro.
El Plomo y el Arsénico venían, vienen de la industria minera, que querían esos investigadores, éramos mineros desde las guerras civiles allá por los años 1540, y no eran guerras civiles sólo entre españoles, eran guerras civiles también entre indios. Los minerales de Oruro salían a combatir en ambos bandos, se abrían y cerraban minas y leyendas como la de Aldana nacían. Para cada entuerto los minerales salían a financiar lealtades y traiciones hasta los 1600.
Allende el mar y desde el Perú llegaba el mercurio para empezar nuevo periodo tecnológico, el de las mitas y el relegamiento total de la cadena de producción a los indios, la maldición de la plata y su crisis de los 1570, alejaban y sumian al piso de la pirámide de producción a los indios. Nunca más desde ese periodo serán ingenieros geólogos y metalurgistas y verían sus carnes carcomerse en el pisado del mercurio, en la vista de las primeras piñas de plata.
Las pampas de Oruro tenían de bosque lo que la vista a nosotros ahora pampa de un bosque de cemento y ladrillo. Las pampas a los bordes a donde el lago Poopó lamía orillas estaban atestadas de bosques de queñuas y tholas, quemadas en los buitrones y los últimos vestigios de las huayrachinas. Todavía entrado los 1630 Alonzo Barba da cuenta de ellos.
Y con los bosques quemándose el mercurio se desechaba para llegar como maldición por la mano y tinta de los investigadores de hoy, en huesos, plumaje, uñas, ... de animales del lago y ríos.
Todos estos metales se van metiendo en los huesos y plumas de peces y aves. Las aguas de Oruro, del baño diario, del lavado de los trastos, platos y vasos, del lavado de ropa se van al lago, hasta el agua del lavado de pies haciendo alegoría a Cristo se va al Lago.
Cuando recorremos los tratamientos de agua y sus informes de lo bien que lo hacen, salta a la vista el manejo de los mismos, parecen milagrosos, hasta para mantener otra media ciudad bañándose a diario. Pero el lago no miente, los huesos de los animales no mienten, y seguramente el cuerpo de los orureños no mienten cuando estos metales están metidos en sus piel y huesos, robándose también el alma.
La angustia es grande, el temor esta allí, los estudios están en la gran red y las bibliotecas a un tiro de tecla, a un paso en los anaqueles. Allí están los informes, allí esta la maldición descrita hace años, allí también las predicciones de las nuevas maldiciones.
El lago tiene llagas a vista, ya no se puede mirar con los ojos de enamorados, ni con los suspiros de promesas que se han incumplido. Como se han incumplido cuanta ley y norma creada para prevenir o remedia, mitigar en buen romance ambiental.
No, el lago tiene un cariz de muerte, como vampiros se toman la sangre que viene del Desaguadero. Grandes sumas de dinero cavan pozos, con dientes de hierro perforan la última piel de la tierra a más de 40 o 100 metros, entretanto sellamos la pampa a cemento, las aguas sucias paran en el lago con o sin tratamiento con o sin informes de lo bien que lo hacen, las purgas de los residuos igual se van al lago.
Los ríos cada vez tienen en su sangre la maldición de la plata y el estaño, el zinc, los peces, los pescados de nuestra cocina, volverán a la tierra en niños y gentes enfermas de cuerpo y alma.
Maldición eterna en un circulo vicioso, un circulo que no queremos cerrar, entre tanto también los estudios se hacen tediosos describiendo lo mismo sin orejas para oír y ojos para leer, sin videntes, apenas agoreros y adivinos cual plañideras pagadas.
Total, ahora no iremos a los cerros, no iremos a las pampas, por lo maloliente, por el plástico que nos muestra llagas rojizaulesnegras en su piel como si fuera piel del lago, Su fondo multiforme tiene plástico donde el peor sedimento se cuela. A nadie le importa, a veces ni a mi mismo, arrojar un pedazo de plástico de la envoltura de un dulce en la amargura de esta tierra. Total, los cines, las pantallas de TV e internet están para mirar paisajes de romance y belleza, para adentrarnos en paisajes hechos desde el sueño para no mirar la realidad.
La guerra y el infierno esta aquí y cual protagonistas de la novela de Dante, iremos de infierno en infierno, a vernos y reconocernos, a odiar el agua limpia de la mañana a amar esa agua limpia como si fuera nuestra propia vida, la vida misma de nuestros hijos. El cielo oculta la lluvia…
He aquí, la lluvia seamos nosotros mismos ...
Oruro, 7 de julio de 2018

Edgar Jorge Rodríguez Alánez
C.I. 3081317-Or.
Cel: 63643201; Telf.. 52 38992
*Ha estudiado ingeniería química y trabajado en el área de medio ambiente, higiene y seguridad industrial en empresas mineras como COMSUR, Apogee, Minco y otros. Actualmente es Coordinador HSI-MA para las operaciones de Macallun en Área Oruro.  

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