Por Edgar Jorge Rodríguez Alánez

lunes, 5 de septiembre de 2016

Ayer como hoy liberalización como salida a la crisis y las cooperativas válvulas de escape

Ayer como hoy liberalización como salida a la crisis y las cooperativas válvulas de escape

Por Edgar Jorge Rodríguez Alánez*

La salida boliviana a la crisis de la minería ha sido de lo más clásica, ha tomado sin más las recetas tales como la más inusual "liberalización del trabajo". 
Las cooperativas al estudiarlas con la estadísticas se rige por picos durante las crisis mineras, llanos durante los lapsos donde la minería da réditos. Sin embargo de ello su comportamiento tiene también singularidades en cada periodo. 
Por ejemplo a principìos del presente milenio las cámaras de minería chica se vacían de su contenido al punto que en Oruro el edificio que les pertenecía y donde funcionaban, hoy es ocupado por una institución pública habiendo pasado antes siendo banco y demás.
Los mineros chicos, tuvieron en principio que alquilar y después vender el edificio, y como el edificio se han vendido su alma. Los nuevos mineros chicos se convirtieron en cooperativistas y durante el último ciclo no pudieron desandar el camino que llevaban. Estos mineros invirtieron como antes pero con la peor de las oportunidades para ver el camino futuro.
En tanto los informales que buscaron refugio en el cooperativismo tuvieron lo que por décadas ha sido el comportamiento. Apenas la minería formal pueda agarrar un cooperativista ese cooperativista abandonaba la cooperativista no importando el puesto, que más da ser perforista en cooperativa o bombero en una mina. Un minero hace dos décadas me enseñaba con orgullo sus manos curtidas pero sin heridas ni magulladuras, a la vez que sentenciaba "ahora trabajo como señorita mira mis manos otra cosa es estar en cooperativa es para ser más que hombres".
Los últimos decretos del gobierno sobre cooperativas ha puesto en tapete una vez más que las salidas es por la mayor liberalización, en tanto en el trabajo también en las institucionalidad de las cooperativas. 
Esos decretos no tiene el mayor viso que depare una política de largo alcance en minería. Por si fuera poco la credibilidad sobre algunas empresas legales ha caído por no decirlo puesto en la picota para negociar salidas y rentan también liberalizadas.
Antes de las nacionalizaciones del 52 ya las empresas tomaron la coopertivas como válvulas de escape, la COMIBOL ha tenido durante su vida ciclos donde las cooperativas también han sido la válvula de escape al punto que antes de las "relocalizaciones" el tonelaje de la COMIBOL que realmente explotaba apenas si alcanzaba el 50 % de su producción dejando el otro 50% a cooperativas y mineros chicos.
La cooperativa es y ha sido el eslabón por donde puede verse la industria minera. "No te arrimes a la casa donde veas un perro flaco y magullado" escuchaba el hijo de Martín Fierro y así seguramente escuchan las mineras que están rodeadas por cooperativas, esperando el momento propicio para caer sobre ellos o simplemente esperando que abandonen donde los réditos no sean los que planificaron.
Los decretos no tienen salida inmediata sino aquella de nacionalizar mineras para buscar una renta que se mira en Huanuni y Colquiri.
Entre tanto las ciencia puede venir vestida de las mistificaciones más grandes como el "Tío", la deidad andina que pervive en las minas y que de cuando en cuando sale dinamita en mano a los caminos.
La antitesis maquiavelista presentada a los cooperativistas como los mineros asalariados no es más ni menos que la llave del liberalismo. ¿o los mineros asalariados usufructúan los réditos privados o estatales?. hacia más de dos décadas en los corrillos de los sindicatos se hablaba de autogestión. Una autogestión venida de los aires anarquistas que recalaba en la cooperativa como intitución en un mundo globalizado.
Edgar Jorge Rodríguez Alánez
3081317 - Or
* Ha estudiado ingeniería química y trabajado en minería en el área ambiental y de seguridad industrial y por ahora escribe este blog clandestino y censurado.
Nota. Con las disculpas por los errores en la escritura, propios de la premura y la tortura de los entes maléficos del gobierno e interior mina. Excúseme también la nota.

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