El maíz: del Sur para el Norte, de Bolivia a Méjico
Por Edgar Jorge Rodríguez Alánez[*]
El paraninfo
de la Universidad Técnica de Oruro,
escuchaba con la atención necesaria la conferencia sobre los orígenes del maíz
en América y Bolivia, a manera de queja el disertante, indicaba que con lo
investigado se podía poner en la palestra mundial que el maíz emigró de Bolivia
hacia el norte. Méjico no es la cuna sino Bolivia.
El disertante:
Edgar Dick Ibarra Grasso Eran, son los ochenta y la personalidad de este
investigador tenía la contundencia de investigador reconocido a nivel mundial.
Las
explicaciones de las idas y venidas del grano de maíz y de las peripecias para
conseguir los ejemplares que mostraba en sus muestrarios, indicaban su amplio
conocimiento de los valles bolivianos y la agricultura que realizaban las
poblaciones bolivianas.
Las muestras
que tenía Ibarra Grasso de granos salvajes encontrados en los valles
chuquisaqueños y algún otro por Cochabamba mostraba la evolución y la
antigüedad del maíz boliviano. Cada plantita mostrada parecía una serie de
misterios que desgranaba Ibarra Grasso.
Después de la
conferencia, al observar de cerca los muestrarios, estos tenían la evolución de
granos parecidos al trigo que van hasta llegar a la mazorca de maíz. Las
muestras salvajes que se mostraban, recopilados en años, estaban con fichas preliminares, requerían un
trabajo de catalogación y la esperanza de Ibarra Grasso de concretarlo en un
libro, si las condiciones de financiamiento lo permitían.
Para conversar
con Edgar Dick Ibarra Grasso, para seguir sorbiendo los conocimientos que
retenía este investigador, había concretado un corrillo de estudiantes
alrededor del investigador, ni uno sólo reconocido acartonado. Quizá por eso
cuando trataba de preguntar parecía anticiparse para dar una explicación
detallada que se me ha quedado ahora: El maíz ha ido de Bolivia a Méjico, Del
Sur para el Norte.
En
los mismos cánones de la conferencia dada en Oruro, Escobar Fernando un antropólogo
cita a Edgar Dick Ibarra Grasso, sobre el origen del maíz, de origen boliviano
que emigra y nos devuelve Méjico.
“Más
de 50 años de investigaciones sobre el tema, le permiten al investigador antropólogo
argentino Dick Ibarra Grasso, hablar con gran seguridad y sostener que el maíz
no tiene origen mexicano, como se creía, pues los datos más antiguos que se
tienen sobre la presencia de este cereal en ese país se remontan a 5.000 años,
cuando los últimos descubrimientos en Sudamérica sobrepasan los 8.500 años de antigüedad.
Estas plantas tenían características distintas a las del maíz actual, pues se
trataba de un pasto silvestre que los indígenas ataban en la parte superior con
la finalidad de que las semillas cayeran al pie de la planta, donde las
recolectaban, las sometían a la acción del calor en ollas de cerámica y
estallaban como las actuales pipocas, forma en que eran consumidas. Como no venían
en forma de mazorca, nadie se da cuenta que se trata de maíz” (Dick Ibarra, citado por Escobar:
1999) Ana, Ortiz, “Los maíces en la seguridad alimentaria de Bolivia” CIPCA,
2012.
Los
muestrarios llevados a esta conferencia magistral, seguramente han recalado en
alguna institución, los documentos que dejó en Oruro a algún acartonado,
seguramente también lleva lo investigado por este argentino de nacimiento,
boliviano por su vida, por las contribuciones a la cultura y ciencia boliviana.
Edgar Dick
Ibarra Grasso, estuviera cumpliendo en este enero los 101 años, y ya hace 16
que ha muerto. Llegó a Bolivia a los 26 años y de allí no ha parado con
escudriñar las entrañas y las tramas que hacen a Bolivia. Dicen que es uno de
los autores que han hecho daño por las investigaciones, entonces replique como
hoy a los que se visten de aguayo, la trama está ahí las nuevas tramas a pesar
de los deseos de estos no son parte del tejido.
Mis primeras
lecturas de Tiahuanacu en mis años escolares, ha sido un extracto de Ibarra
Grasso y su interpretación calendárica de Posnansky sobre la puerta del Sol.
En una
revisión sobre su obra en el Museo de Etnografía e Historia de La Paz
administrada por la Fundación BCB, no he encontrado las últimas obras de este
investigador. Ir tras sus obras inconclusas, en este caso sobre el maíz, no
sólo es necesario, es una obligación. Los acartonados medran de la universidad
sin realizar una sola investigación puesta en la palestra del saber mundial.
Edgar Jorge Rodríguez Alánez
CI 3081317 –Or
Telf. 252-41924
[*]
Ha estudiado ingeniería
química en la FNI-UTO, trabajos en empresas mineras, Comsur/Sinchi Wayra;
Apogee- Solución, Minco, etc., en el área de medio ambiente, higiene y
seguridad industrial.
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