Cura
Mateo: ¡10 % en el presupuesto para la salud!
“…no queremos
salud para oligarcas del gobierno,
ni que Chile
sea la sede de las emergencias
en los casos
de cáncer …”
Cura Mateo
Por
Edgar Jorge Rodríguez Alánez
¡El cura Mateo no
está autorizado para hablar! gritan cardenales y obispos, casi en silencio los
enfermos responden: Jesús tampoco estaba autorizado por los fariseos, por Caifás
ni Herodes. ¿No decían de Jesús blasfemo
e hijo del diablo?
Entre la muchedumbre
silenciosa que camina en las calles de boca en boca, dicen que aumenten el
presupuesto. Aquí en Oruro, después de más de 10 años del gobierno del MAS, no
tenemos hospital, los ricos se van a otros países, los pobres se mueren;
quienes tienen seguro no es más que uno de cada 10 personas que trabajan, 33
personas de cien personas del país pueden ir al médico u hospital, pues de
alguna manera están asegurados. Si el cura desglosará sus estadísticas en Oruro
seguramente, todos bajarían la cabeza y en silencio entre puteada y punteada diríamos
¡adelante! ¡10% o más de presupuesto!
El gobierno en pleno,
hablan desde sus pulpitos de cajas bobas, escriben en sus periódicos
panfletarios: ¡Mateo es mentiroso!, ¡un blasfemo!, ¡se esconde en las sotanas! El Herodes del tiempo de Jesús esperaba que lo ensalzará, Jesús no dijo nada. El Herodes
de este tiempo en Bolivia señala que el cura Mateo miente. Otro funcionario del
gobierno dice que el cura Mateo quiere matar ¿teología de la muerte antes de la
llegada del Papa?
El presidente y toda
su corte, sus poetas, sus intelectuales, incluido los altos jerarcas de la
iglesia católica, son llamados raza de víboras, hipócritas y lanza sobre ellos
el látigo cuando están en el templo comerciando a Dios, el látigo de la
realidad cae sobre ellos, muertos son los que están en las estadísticas, pero
los que van a morir, miran y remiran y saben que son los grandes apoltronados
de los palacios quemados los que mienten.
Los pobres maldicen
su suerte, maldicen a Dios, pero Dios viene entre los que no están en los
banquetes presidenciales, no están en sus reuniones de partido, no están entre
sus negocios viles. Viene con los enfermos y más pobres, con los que maldicen
porque comprende el dolor de los que mueren enfermos, de los que no tienen
ninguna esperanza.
Quizá por eso el Dios
maldecido sabe quién es quién, porque no está entre los nuevos y antiguos
ricos, ni está con el Herodes de este tiempo. La hipocresía se regodea entre
las cámaras de las cajas bobas, sus calaveras blanqueadas de cal, ocultan la
muerte y sangre que los mancha. Sus dedos de muerte señalan a gente corrupta y
son corruptos la corte palaciega. Hablan de los Pilatos entre la gente y hacen
venias a Pilatos. ¿Qué soy radical? tal vez que si, tal vez que no. ¿Qué
esperanza tiene el enfermo, cualquiera sea, sino puede sanarse? Ninguna.
Ya no solamente el
cura Mateo, también mi voz, mi escritura
se une a la campaña, no veo si es de allí o acullá, si derechoso o izquierdoso,
si cura o lego, si es extranjero o lo que digan.
La campaña de 10%
para la salud son bombas y fusiles, llevan la bronca de los que no tienen nada
en la bacanal del cambio, de los que se
mueren sin una aspirina para aliviar el dolor, llevan la bronca de los
engañados con brujos, “yatiris”, “sabios” brujetes, brujas, “papatajllos” y “supaycunas” del gobierno, bronca de los enfermos
más enfermos.
Los médicos indolentes
no hablan no dicen nada, se mueren en sus manos la gente sin medicamentos, ni
intervenciones quirúrgicas, pero están seguros los del gobierno con médicos,
hospitales y medicamentos en el extranjero, vamos por el 10% del presupuesto.
La gente que ve a sus
hijos enfermos, piden limosna. Lavan su conciencia con limosna los dueños del
poder y dicen que hacen el bien. Después de la mísera limosna, los enfermos,
los sin trabajo, los sin nada en la vida, vuelven al llanto y la maldición.
El trabajo come pan
sin dignidad, dicen los del gobierno, conculcaron el trabajo para el
agradecimiento de la limosna.
Cura Mateo esta es mi
voz y mi escritura:
“¡10
% de presupuesto para la salud!”
Nota. Las manos
señalan desde sus poltronas del poder, señalan y amenazan, me afirma en lo que
escribo.
Edgar Jorge Rodríguez Alánez
CI 3081317 – Or.
Telf. 52 41924
- Cel. 67128880
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