Educación subversiva: la Universidad entre panaderos y choferes
Por Edgar Jorge
Rodríguez Alánez
El intrelingüis de la educación universitaria se parece a sátiras
tragicómicas que van viviendo cada una de las generaciones, cada cual con sus
protagonistas que se parecen tanto entre sí.
En tiempos neoliberales la universidad no había salido de sus delirios
estatistas keynesianos, ante la subida de precios decide que los comedores
universitarios puedan tener panes elaborados por una panadería universitaria.
Para este afán decidió que los hombres con el mayor número de cartones,
de aquellos que logran triunfos y honores puedan administrar la susodicha
panadería. Los informes rimbombantes, denunciaban la más clara administración
universitaria, una de cual jactarse, decían que la panadería universitaria iba viento en popa.
En un consejo universitario se da lectura a uno de esos informes que
todavía tenía réditos, pero el gerente habían omitido deliberadamente en el
informe económico la planilla de sueldos y salarios, esa planilla no era pagada
por la dichosa empresa panificadora, toda la planilla figuraba y era pagada por
la Universidad.
Si esta planilla ingresaba a los informes, la panadería hace rato
habría quebrado y cerrado sus puertas por la mala administración y más aún,
teniendo un mercado seguro sin ninguna competencia. Cabe decir que los
comensales también reclamaban por la mala calidad del pan nuestro de cada día. La panadería paso a manos de una de las
carreras que también fracaso. Los administradores de dicha empresa han logrado
consagrarse como los más preclaros docentes y autoridades de la U. Para quienes
quieren ahondar en fechas, nombres y montos, las actas de los consejos
universitarios seguramente serán fuente de la mayor veracidad que respalda lo
anteriormente dicho.
No ha mucho y aún en estos todavía días electorales, en los medios
locales ha dejado o se escucha muy poco del
transporte universitario, ¿senadores y diputados elegidos decidieron silenciar?
Las luchas por el incremento de pasajes se matizaba con universitarios que
declaraban que no tendrán problemas con el transporte una vez funcione el sistema
de transporte universitario, también empresa, también sostenible, como se soñaba con la
panadería. Pero los tiempos de cambio también tienen, como en el caso anterior,
un ambiente de economía de mercado por
más cambio de moneda, de ponchos o zapatos chutos de marca estadounidense
fabricado en países donde el costo de producción es apenas un ápice del costo
de venta de los zapatos.
Este tiempo tiene una universidad con mayor número de estudiantes, una
universidad que ha quedado casi en medio urbano repleto de servicios de
transporte, transporte con una competencia de mercado, no por la riqueza sino
la supervivencia de los informales y los choferes son uno de ellos.
El transporte universitario de mis tiempos ha visto “al chivato”
caerse como chatarra, ha visto a los “gmc azules” salir de circulación, a la ”lechera” primero ser monopolizada por
docentes y administrativos y después caerse también chatarra. Al parecer los acartonados
no ven la realidad sino con el ojo primitivo, algún mordaz de estos tiempos diría “provinciano” diríamos de una estrategia
de vender el liberalismo. .
Y es que en países vecinos muchas empresas que tienen parques
automotores tienen entre los objetivos de sus empresas la mejor administración
posible en costo, los mejores desempeños de seguridad y calidad de servicio,
por ello su parque automotor tiene modelos que no exceden los tres años de
antigüedad. El mismo está librado a las reglas del mercado, una empresa
terciarizada y/o una subsidiaria, teniendo como resultado una liberalización del
más exquisito principio, no ya neoliberal, sino recontraliberal. A decir verdad
es la nueva vieja herramienta administrativa.
Entiendo y deben entender los lectores que la Universidad está para
enseñar, que de los errores se aprende y bueno que todo lo acontecido, muestras
de botón, son para enseñar al estudiante lo que no debe hacerse. Y se aprenderá
con la experiencia y el derroche de recursos, la letra entra con sangre,
disculpas, entran y salen con dinero, que con una venia quedará resuelta por si
algún inoportuno dijere cuchillo de palo.
Edgar Jorge Rodríguez
Alánez
CI.
3081317-Or
Cel
67128880
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