Árboles
nativos vs. árboles extranjeros: batalla
perdida para la Queñua
Por Edgar Jorge Rodríguez alánez
Las
praderas inglesas ha sido una de las peores experiencias de la deforestación
que al parecer se ha olvidado, tal como hoy vemos la pampas orureñas, otra de
las experiencias de principios del siglo XVII en desforestación.
El
desarrollo de la metalurgia en Europa mediante la aplicación de la
pirometalurgia ha tomado para si los bosques de Inglaterra, la madera necesaria
para los hornos ha sido tomada hasta llegar a ver praderas y pampas perderse en
el horizonte, sin una sombra del verde árbol.
G.
Agrícola uno de los alquimistas que aún hoy es consultado, nos menciona cómo la
industria ha hecho lo que no debe hacerse. En este lado del mundo A.Barba, cura
alquimista, detalla en Oruro el uso intensivo de las huayrachinas, ambos en en el siglo XVII.
La
descripción de los bosques de queñua en Oruro antes de las huarachinas parece
un cuento que nos parece fantasía, fantasía de pesadilla real. A decir del cura G. Powell en un seminario, en
consulta de las crónicas españolas, dicen de un río Tagarete bordeado de
queñuas, una pampa orureña donde las queñuas eran más altas que un hombre,
donde su incursión podría ser su perdición. El citado cura dice que “hemos sido
una naranja chupada” por las huayrachinas.
Cabe
mencionar, varios estudios de población de queñuas en Oruro muestran árboles de
queñua con una altura igual o poco más arriba de la cintura, pudiendo divisarse
a más de una legua a un hombre; ¿y qué decir de la cobertura?. La canción
menciona una pampa infinita hoy es un bosque gris, rodeada de humareda de
fundición, gente con metales pesados en la orina, invisibles, pero mirada en
los índices más altos de cáncer en Bolivia.
El
desarrollo de la metalurgia en Bolivia en ese tiempo ha dejado de ser una
tecnología a ser usada por la falta de madera. Lo que había sido una de los
ejes tecnológicos que hacía que los indios ingenieros hablasen de igual a
igual, después de la crisis de metales de alta ley en los años 70 del siglo XVI
en Potosí, trastoca las relaciones sociales hasta hoy.
En
Alemania en la década de los 80 a 90 existían programas de bosques cortados
para colocar biota nativa, parecen hechos nacidos del derroche, la misma
mentalidad en Bolivia parece haber sido vetada quizá por gringa. En las
planicies deforestadas en el oriente se dice a los leñadores y los habitantes
reponer los árboles cortados, pero no se dice con qué árboles. Los habitantes y
científicos dicen que la matriz de desarrollo contra la hambruna es plantar
chocolateros, almendros y otros. El “cambio” dice lo que sea.
Con
caracteres aberrantes se ha tomado la forestación en Oruro. Es una de las
peores y burdos conceptos de ecología que se vende a Oruro en el área de
Chusaqueri, a este han asistido desde la primera autoridad hasta el último de
los “comunicadores”, elogian como ecología, buenas prácticas y hasta como el
deber ser de los orureños. Huelgan las palabras para oponerse ante la
ignorancia que tenemos de nuestro propio ambiente.
Los
parques cercanos en el último tiempo, son cementerios de muerte, cementerio de
árboles que si bien no son nativos, son árboles. De los pinos y álamos que
existían en el parque Abaroa quedan menos del 30%, algunos muertos yacen cadáveres
secos.
Cuando
estemos en Chusaqueri los niños no leerán libros de historia aburridos, verán
árboles que no son propios, verán a los antiguos estantes de la cultura Wankarani viviendo como los europeos. Es la nueva
colonización, es la cultura del irrespeto y violación a la Madre Tierra.
El
desarrollo ha llegado, ha llegado con los nuevos colonizadores que tienen la faz
de indio, el alma de K´ara. ¡Total! ¿algo es algo?
Nota.:
Puede que la censura con que amenazan al escribir, tenga el efecto de ocultar
lo verídico por un tiempo, pero como decía Martí, la verdad por muy oculta en
el fondo de una cueva tarde o temprano sale resplandeciente. Bofetada en el
rostro que debe ser resistida diciendo no.
Edgar
Jorge Rodríguez Alánez
CI:
3081317 –Or
Telf 52 41924
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