El
efecto Trump
Por
Edgar Jorge Rodríguez Alánez
Desde los balcones de
la caja boba se lanzan los duelos a palabra y promesa de los “odiados” gringos,
odiados porque todo buen “gran pequebu” nuevo y viejo millonario de esta parte
de américa quisiera irse a gozar allí, donde está el sol eterno o la ciudad
nueva que remplazo el Paris de antaño.
Las noticias reflejan
lo que sienten en esta parte de sudamérica y el diablo es Trump.
Este diablo “gringo”
dice que no conoce a los KKK (ku kus klan), apenas ha dicho eso le llueven
libros de historia, le dicen que los USA tienen la vergüenza de haber tenido a
Luther King, dicen que los negros no olvidan, pero los negros no saben de donde
saldrá un nuevo Luther King que resuene su voz desde la guerra de las calles.
Los negros pueden
decir que importa si voto Trump, si puede al menos quitar un puesto que les
quita el mexicano. Inmoral dicen los mexicanos.
Trump grita que la
muralla que divida los mexicanos de los norteamericanos será pagada por los
mexicanos. Llueven mil injurias, mil cavilaciones, se devanan los sesos en los
laboratorios para ver si esto que dice no es sino un exabruto. En esos
laboratorios están abriendo la senda de los zombis.
Trump sigue gritando,
los déficit comerciales que tiene con los países, los mexicanos se llevan el
dinero, se lleva su trabajo es justo que paguen. Grita que “nacionalizará” la
manzana comida, la “apple” tiene cara gringa y su alma está en China; las
galletitas con “chips” de chocolate, serán horneadas, hechas por cocineros
“gringos”.
Trump sabe, todos que
los muros caen más temprano que tarde, sabe que los muros son vitrinas desde
donde emergen los “mounstros” benditos. Cayeron murallas de ciudades desde
Troya a China al muro de Berlín, hoy algunos decimos “me vale Berlín” para
decir me vale un bledo.
Los muros serán
trabajados por mexicanos y negros, las acerías no darán abasto, el muro será
una obra que diga cualquier cosa. En todos los países del mundo, en todos,
empezando por el país de Trump, las megas obras al menos tranquiliza a la gente
que no tiene trabajo. Los rieles fueron hechos por chinos y mexicanos, las
grandes represas fueron hechas por mexicanos y norteamericanos sin trabajo.
Desde las calles
donde están los combates los negros hablaran del muro, al trabajo, al muro.
Los mexicanos de
todos los lados de adentro y afuera hablaran del muro, allí en el muro,
felices e indocumentados, con documentos da igual. Trump debe cavilar, entre
dientes, serán ellos los que trabajen.
Y serán manos negras
las que tumben el muro al tercer día de haberla terminado.
Trump a estas horas,
si el mundo no da vuelta en revés, ha sido nominado por las primarias y será el candidato de los
republicanos a la presidencia de los EEUU. Trump grita: “reconstruiremos el
mundo”.
Nota.- Los
“odiadores” de los gringos, cara de “indio, alma de "k ´ara" en el gobierno
“huayran” coca a ver si pueden apurar, después de sus diez años, si el Mutún
pueda caminar para proveer tanto acero como se pueda para el muro.
Nota.- En la “Patria
Madre” se oyen discursos, acusan y se acusan, los votos angurrientos no han
dado un presidente. Los súbditos gritan y desde sus castillos los reyes
sonríen.
Nota.- El mundo es
redondo, grita una canción, de tanto ir a la izquierda se quedaron a la
derecha, la derecha mira como la izquierda. Otra canción mira desde la muralla
sin muros, enanos verdes, celosía multicolor de mentes zombis.
Oruro, marzo 2
de 2016
Edgar
Jorge Rodríguez Alánez
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