Por Edgar Jorge Rodríguez Alánez

martes, 4 de agosto de 2015

Gonzalo Sánchez de Lozada en cárcel norteamericana: fin de un ciclo minero




Hablar en el inglés, lengua cuasi materna de Goni, seguramente le ha traído una de las peores pesadillas de su estadía en Bolivia declarando ante la justicia norteamericana. La justicia de los “americanos” ha empezado a remover los escombros.
No se esperaba otra cosa de los norteamericanos, Goni debe purgar sus delitos, esté en la cárcel y con justicia norteamericana, vaya y pase, algo es algo. Esperar que sus compinches hagan algo en Bolivia, es esperar el nunca jamás.
Si tanta es la animadversión de la “revolución”, ¿porque no están los compinches de Goni en la cárcel?, ¿porque se encuentran como parte del  gobierno plurinacional?. Una canción dice que Dios y el Diablo están en el taller, pero ellos vinieron diciendo Dios, vimos después de todo, Dios no estaba con ellos menos el Diablo. Quizá por eso están los mismos gobernantes de ayer.
Goni, en minería, fue el que recuperó la tradición de modernización siempre latente en cualquier industria, en los 80 y 90. Desarrollaron parte de lo que se vino con los discursos de Río de Janeiro, desarrollaron incluso el respeto a la parte productiva de cualquier empresa.
Puedo afirmar con absoluta seguridad por haber sido parte de ese desarrollo. Habiéndome presentado a un requerimiento en el periódico y las entrevistas entre los postulantes me asignan  a uno de sus grupos en Potosí. Allí implemente el primer sistema en Bolivia de tratamiento de aguas ácidas de mina mediante precipitadores de alta rata tras una investigación y desarrollo tecnológico en ese entonces.
El sistema administrativo de coordinadores vigente en COMSUR, colapso de manera natural con el sistema de inclusión de la gestión ambiental y seguridad laboral como parte del sistema productivo. Los logros en materia de gestión ambiental llevados hasta ese entonces, tenía la camisa de fuerza de un sistema administrativo que había colapsado.  Si en los hechos se daba ello, en la práctica corporativa se mantenía el mismo organigrama como parte de mantener una estrategia caduca de desarrollo y de control al extremo de sus ingenieros y mineros con el discurso del miedo al hambre y el desempleo.
Durante el mismo periodo las relaciones comunitarias siguen las directivas que hoy día se han ahondado por acción de conveniencia de los actores en una práctica de dádiva sin ningún retorno a la comunidad, agravada por la prepotencia empresarial. Haber dejado de lado los gritos por una parsimonia y beatitud de trato no es sino una forma más de la prepotencia y los signos de racismo en sus gerentes. En ese entonces se rompe ese paradigma se sigue ese matiz que ha sido dejado de lado con los acontecimiento de febrero y octubre de 2003.
Después de la huida de Goni la estrategia minera ha entrado en un periodo de desregulación comparable a los inicios más liberales. Algunas empresas optan por un barniz de ecología que se desvanece apenas el barniz deja un claro a las relaciones de comunidad empresa.
Hoy, ese periodo de desarrollo sin controles de ningún tipo a no ser el disimulo de los entes gubernamentales, también ha colapsado.
Las desregulaciones deben terminar. La anterior COMSUR de Goni, hoy Sinchi Wayra/Illapa no tiene razón de ser, sino una de las fuerzas más retrogradas que tiene en su seno a la gente más perniciosa de Goni,  ese es el caso de los Mirabal, de los Villalobos, de los Lea Plaza, de los Garret, de los Bellidos, de los Salles, de los Vidaurres, de los Navarro, de los  …, de los otros muchos que no vienen a mi memoria y que ahora están en las gerencias de la conducción corporativa de las transnacionales mineras, del gobierno y la minería cooperativizada y chica.
La ruptura del paradigma no se dio en febrero ni octubre se ahondaron en su práctica con las noticias de los muertos y de los sucesos en la Plaza Murillo de La Paz; mientras llegaba como un rumor, los mandos medios de la empresa de Goni tomaban la decisión de escarmentar por el pan a cualquier sospechoso, no importaba que los consultores del BM/BID y el mismo Mirabal me hayan dado las felicitaciones por la planta. Tomaron la decisión de pararme con viles mentiras, calumnias, estigmatizaciones, una animadversión que hasta hoy repiten en una suerte de letanía del absurdo. Esa es la cara hasta hoy, la cara de la transnacional Sinchi Wayra.
De nada valió haber trabajado en sábados y domingos, de las trasnochadas y demás, para parar una planta nacida de la investigación y de la gestión realizada. Después de años caigo en cuenta de una anécdota contada como miembro de la COD Oruro a uno de los colegas, que de seguro fue a parar a los oídos y los designios de los gerentes de Goni. Saben que la fuerza es la única parlante y hacen callar incluso a la ciencia.
Las muertes de febrero y lo hechos en octubre por la gente de Goni es comparable a una guerra, dirimida con la gente que se pasó de bando y hoy se encuentra en el gobierno y las más importantes empresas estatales con los mismos resultados de otros tiempos. Los mismos que masacraron, los mismos se encuentran en el gobierno dizque plurinacional.
Hoy esa gente, sigue mintiendo, sigue estigmatizando, sigue con la mentira y la defenestración al punto de haber hecho con el gobierno acuerdos para romperlos por el pan y dejar a niños en el hambre y la miseria. Se ha cumplido sus designios al punto de no tener nada que perder, lo poco que se tenga es ya ganancia.
Es el mismo accionar del gobierno, el mismo terrorismo que ayer criticaban; ayer por lo menos sabíamos  que nos perseguían, hoy día,  sus medios y artilugios tecnológicos es la vía para defenestrarnos como enfermos mentales dejando en el hambre y miseria a los niños y familia. La cara horrenda de los ministros y los cortesanos  paraextranjeros que pululan en el palacio quemado del estado plurinacional.
¿Qué hacer con un lastre que ayer se pensaba que podía ir en pos del desarrollo nacional?
La respuesta es obvia. Los resultados de Huanuni, Colquiri y de la COMIBOL inerme y sin perspectiva, caminan como sombís en busca de nueva vida.
Los resultados de las transnacionales como Sinchi Wayra, San Cristobal, Manquiri, Pan American Silver en todas sus variantes, y todas las demás asentadas en territorio boliviano, tienen la venia gubernamental y ante cualquier dime y direte de la calle, el gobierno sale espantado gritando anatema. La contaminación grita desde sus paradigmas de empresas sustentables.
La minería mediana como EMUSA, Paititi, y otras, están a la vista, una gestión en todas las aristas que ha dejado incluso la tradición minera de los años 50/60 del siglo anterior. Los cooperativistas llevados a una estrategia inmediatista, del privilegio del poder y el dinero, sin  ninguna posibilidad de desarrollo, en ese medio es obvio lo que se debe hacer.
Goni es el paradigma agotado en las estrategias de desarrollo minero. El último eslabón: Goni en una la cárcel norteamericana; será el mayor detonante de un tiempo que se ha acabado, de un gobierno masista que ha acabado con lo que debía hacer, que no tiene sentido sino el control de la riqueza mal habida. La justicia tarde pero llega.
Nota.- Los organismos que controlan las comunicaciones han hecho que el número de celular sea cortado sin tomar en cuenta las normas y legislación vigente. El número 67128880 no es más mío, ruego a quienes quieran comunicarse llamar al teléfono 52 41924.
Edgar Jorge Rodríguez Alánez
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